Aguas con la falta de agua
Es solo de las metrópolis, donde el bullicio y la prisa se entrelazan y se manifiesta una crisis que amenaza la vida cotidiana de miles, cientos de miles o quizá hasta millones de mexiquenses: la escasez de agua potable. Este elemento vital, que a menudo damos por sentado está en la llave, se ha vuelto un tesoro esquivo, dejando a su paso una estela de preocupación e incertidumbre para todos.
Y hablando claro, no es una crisis nueva. En los últimos años se han vuelto cotidianas -principalmente en colonias populares, pero cada vez más en residenciales- las imágenes de personas llenando tinacos, tambos, botes y hasta las ollas de la cocina con agua que reciben a través de pipas, ante las constantes fallas en el suministro.
Municipios como Naucalpan, Atizapán, Tlalnepantla y Ecatepec en el Valle de México, la capital Toluca y Acambay, en el norte del estado, se encuentran inmersos en una crisis profunda de desabasto del vital líquido que ha escalado a la protesta social, con constantes manifestaciones, bloqueos y hasta la toma de oficinas de CAEM y CONAGUA.
La situación, agravada por la disminución del nivel en las presas que suministran el sistema Cutzamala, actualmente en un preocupante 30 porciento, proyecta un año de falta de agua por demás preocupante.
Esta crisis hídrica no es un fenómeno aislado, falta ver al norte para entender la gravedad que nos podemos enfrentar mañana. Por ejemplo en California las sanciones a quienes desperdician el agua son firmes, multar por regar sus pastos o laven sus autos con la manguera están legisladas.
Siete de cada diez cada presentan falta de agua y va en aumento todos los días, hace falta un mayor empuje de la recién creada Secretaría del Agua y de CAEM que son encargados del tema. Que no se queden con acciones cosméticas y vayan al fondo de las soluciones.
No todo le toca al ejecutivo, pero sí la iniciativa de convocar a expertos en agua, a ver acciones exitosas en otras latitudes y sobre todo hacer un solo equipo con el legislativo para generar cambios obligatorios, que no se queden en buenas intenciones, no sobra recordar como pintan las historias futuristas las próximas guerras en el mundo, y que muchos creen sean por el agua.
Aquellos programas de cuidado del agua deben convertirse en obligatorios para todas las casas, debemos acostumbrarnos al reúso de la misma y no desperdiciarla sin sentido, no puede continuar la sinrazón al autorizar viviendas en zonas urbanas y mucho menos en zonas de recarga de mantos acuíferos, pero donde debe estar mas intensa la lupa es en el uso del agua que hacen las empresas, pues ahí se ocupan metros cúbicos en cantidades industriales.
Sensibilidad y coordinación de autoridades y ciudadanos; de las empresas y sobre todo una nueva educación sobre el uso de agua en las escuelas, algo tenemos que hacer.
Por Eulises Cano