La Directiva del Toluca y su Indiferencia Ante la Reventa
Quienes en esta semana la han pasado muy mal, son los aficionados de los Diablos Rojos del Toluca, quienes luego de experimentar una amarga derrota a manos del Guadalajara, tuvieron que pasar por un verdadero calvario para conseguir boletos de entrada al partido de vuelta, a disputarse el día de mañana en el estadio Nemesio Diez. Más allá de que la reventa es un mal enraizado en el país, tanto en eventos deportivos como artísticos, tal parece que a la directiva del Toluca poco le importa hacer algo para que sus aficionados tengan acceso a los pases de entrada a los partidos de la liguilla por la vía legal, orillándolos a buscarlos a través de los famosos revendedores.
Según un estudio realizado por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), se estima que aproximadamente el 80% de los boletos para eventos masivos en México son revendidos, lo que evidencia la magnitud del problema en el país. Esta práctica no solo afecta a los aficionados al deporte, sino también a los amantes de la música y otros eventos culturales.
Además de los altos precios, la reventa de boletos conlleva diversos riesgos para los compradores. Entre ellos se encuentran la posibilidad de adquirir boletos falsificados o duplicados, la falta de garantías sobre la autenticidad de los mismos, y la exposición a estafas por parte de vendedores fraudulentos que no entregan los boletos después de recibir el pago.
La falta de acción por parte de la directiva de los Diablos Rojos del Toluca para abordar adecuadamente esta situación es preocupante. A pesar de ser conscientes del problema de la reventa y los riesgos que conlleva para los aficionados, parece que la directiva no ha implementado medidas efectivas para combatir este fenómeno y garantizar el acceso justo y seguro de los aficionados a los eventos deportivos. Esta falta de acción muestra una indiferencia hacia las necesidades y preocupaciones de sus seguidores, lo que contribuye a perpetuar el problema de la reventa y perjudica la experiencia de los aficionados.
Por Eulises Cano