Los ajolotes, las ranas, los sapos y las salamandras conforman a los anfibios, un grupo de seres vivos que comparten características en común como respirar por la piel (respiración cutánea), o que durante su ciclo de vida tienen una fase acuática y otra terrestre, o bien, pueden vivir en ambos ambientes como es el caso de los renacuajos y las ranas.
De acuerdo a las colecciones científicas en el estado de México se tienen registradas 51 especies de anfibios de las cuales el 48% de ellas se encuentran amenazadas o bajo alguna categoría de riesgo. La destrucción de su hábitat, la extracción y venta ilegal, así como la contaminación han orillado a los anfibios a reducir sus poblaciones y poner en riesgo su existencia.
Sin embargo, gracias a la capacidad que tienen para respirar por la piel, los anfibios son considerados como bioindicadores, es decir, tienen la capacidad de ser más sensibles a cambios en las condiciones ambientales y por tanto contribuyen al conocimiento del estado actual de un ecosistema, es por ello que debido a su importancia se reconoce el 28 de abril como el Día Internacional de los Anfibios.
Respondiendo a la pregunta ¡Si!, los anfibios si pueden salvar al planeta… pero, ¿y nosotros podremos salvar a los anfibios?
- Gonzales-Zuarth, C. A., Vallarino, A., Pérez-Jiménez, J. C., Low Pfeng, A. M. 2014. Bioindicadores: guardianes de nuestro futuro ambiental. El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR). Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).
- Ceballos, G. List, R., Garduño, G., López-Cano, R. Muñozcano, Q. M. J., Collado, E., San Román, J. E. 2009. La diversidad biológica del estado de México. Estudio de Estado. Gobierno del Estado de México.
Raúl Gustavo Contreras López, Agente de innovación? Nodo Coacalco-Tultitlán.
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