LA AMENAZA DE MORENA CONTRA EL ORDEN Y LA SEGURIDAD
Violar la Ley e incurrir en la violencia, enfrentarse a las fuerzas policiacas y, pretender demeritar su importancia, no es el camino para construir una Toluca ordenada y segura. Sólo los apologistas de la violencia, deseosos de destruir instituciones y el tejido social, son capaces de tales atrocidades, como lo ha pretendido hacer un regidor de Morena con una desmedida ambición de poder.
Peor para la ciudad que un integrante del Cabildo toluqueño, que representa a la autoridad municipal, sea el protagonista, una y otra vez, de llamar a los ciudadanos a no acatar la norma, pintarrajear el mobiliario público que es de todos los ciudadanos, agredir a los policías y luego hacerse la víctima cuando se enfrenta a una ciudad que hace respetar la Ley.
Las y los ediles de un ayuntamiento, además de que deben ser procuradores del orden, promotores del desarrollo y vigilantes de la implementación de políticas públicas, al ostentar un cargo de elección popular, son también figuras de autoridad y deben ser los primeros vigilantes en que se cumpla la norma, por encima de sus propios intereses políticos o electorales.
El ejemplo del regidor toluqueño Mario Hernández Cardoso y otros políticos morenistas no sólo resulta contradictorio, sino hasta peligroso. Como figura pública, al violar la ley, burlarse de la policía y presentarse como víctima, invita a quienes, los pocos que aún lo siguen, a hacer lo mismo.
El regidor y sus secuaces pueden pensar que sus montajes, sus intentos por llamar la atención y debilitar al gobierno municipal, no tienen mayor consecuencia, que saciar su apetito político de llamar la atención en pos de una candidatura de Morena, pero sí las tienen, y pueden ser tan graves como la pérdida de una vida humana.
Ese hubiera sido el caso el viernes pasado, cuando un policía municipal de Toluca fue casi atropellado y arrastrado en el cofre de un vehículo por varias calles, por un automovilista que, siguiendo el ejemplo de Hernández Cardoso, decidió darse a la fuga en los momentos en que iba a ser infraccionado por un oficial de tránsito, por no pagar el servicio de parquímetro. Justo la misma causa que abandera el edil para violar la Ley y agredir a la autoridad.
De no ser por la oportuna intervención de sus compañeros de la Dirección General de Seguridad y Protección de Toluca, aquellos de quienes tanto se burla el regidor, y precisamente en contra de quienes fue la agresión, las consecuencias hubiesen resultado fatídicas.
Una semana después de que el regidor cometió la gracia de salir a las calles a pintar los cajones de estacionamiento designado para los parquímetros, este conductor decidió que no sólo no estaba de acuerdo con cumplir con su responsabilidad de pagar por el servicio, sino que tenía derecho de agredir a un policía, con el peligro inminente de acabar con su vida o, al menos, causarle lesiones.
Por fortuna, el oficial de tránsito se encuentra en perfecto estado de salud y la causa fue llevada a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México que hasta el momento ha actuado con un gran profesionalismo contra los transgresores de la Ley, sin dejarse llevar por la presión política que ejerce Morena en su contra.
No estar de acuerdo con la implementación de políticas públicas no otorga el derecho a nadie a incumplir la norma, y mucho menos a amenazar, amedrentar o herir a quienes todos los días sale a realizar su labor, comprometiéndose a servir a la población y llevar el sustento a su hogar.
ANTÍTESIS: La polarización, el resentimiento, la incentivación a oponerse a todo aquello que se relacione con el “conservadurismo” o la “mafia del poder”, no se queda en una sesión de confrontación entre el presidente Andrés Manuel López Obrador, los medios de comunicación, y opositores cada mañana; ese ejemplo tiene eco en las conciencias de millones de personas que hoy ya recurren a la violencia sintiéndose respaldados por un movimiento de “transformación” que está generando una escalada de violencia en todo el país. Conste.
H Grupo Editorial