La memoria viva del legado de Ignacio L�pez Ray�n, el gran abogado de la Naci�n.�
Ayer conmemoramos el CLXXXIX aniversario de la muerte de uno de los personajes m�s importantes de la historia de nuestro pa�s, de uno de los michoacanos m�s trascendentes, el hijo prodigo de Tlalpujahua, el General y Licenciado Ignacio L�pez Ray�n.�
Recordar la fecha en que un hombre de la talla de Ignacio Ray�n muere, en realidad, es�tener presente la trascendencia de su ser a trav�s de su legado, gracias al cual se mantiene vivo.�
Cuando hablamos del Licenciado Ray�n, hablamos de un hombre que lo dio todo por la libertad de esta naci�n, un padre de familia ejemplar, un hombre bueno, un gran abogado que adem�s de ser el sucesor en la l�nea de mando de la primera generaci�n de insurgentes, sent� las bases de nuestra Constituci�n y la protecci�n de prerrogativas como fueron el debido proceso legal, la inviolabilidad del domicilio, la libertad y la igualdad.�
La importancia que hoy tiene recordarlo en la fecha en que hace 189 a�os muri�, insisto, no solo es hacer menci�n de su muerte, sino por el contrario es hacer patente c�mo es que su obra ha trascendido al presente.�
Hablar del derecho a ser iguales, a ser libres, a que se respete mi domicilio, es hablar de las ideas de Ignacio Ray�n. Este abogado fue quien en el primer proyecto de constituci�n estableci� estas prerrogativas como principios eternos e inmutables que deb�an proteger a todos individuo.�
Adem�s, y aqu� hago especial atenci�n,�la principal idea que hoy rescato de la obra jur�dica de este abogado de Tlalpujahua Michoac�n, es que para el, la constituci�n ten�a una sola finalidad: la felicidad del pueblo.�
Hoy las instituciones pol�ticas y jur�dicas buscan dar respuesta a los problemas que como sociedad nos aquejan y por ello, a menudo se plantean reformas y modificaciones a nuestra constituci�n. De esta forma, siguiendo el pensamiento de Ignacio Ray�n solo ser�n v�lidas cuando tengan como finalidad una sola cosa, procurar nuestra�felicidad.�
En un momento donde nuestro pa�s sufre una de las crisis de salud y econ�micas mas severas, la vida y legado de Ignacio Ray�n tienen importancia y son �tiles.�Hoy, su arrojo, determinaci�n, sacrificio y unidad, nos deben alentar para no quebrantarnos como sociedad y unirnos para salir adelante juntos.�
La lucha por la independencia, la creaci�n de la primera constituci�n no son hechos aislados del presente, y en esto me interesa que hagamos conciencia.�
Desafortunadamente,�el desinter�s que como sociedad tenemos respecto de las mujeres y hombres que han sacado adelante a este pa�s, que lo han edificado, que han dado hasta su vida por el, deviene no solo del desconocimiento b�sico de nuestra historia, en realidad es el resultado de no entender que somos el producto de nuestro pasado, un�pasado que vale la pena rescatar, imitar y luchar�porque perdure.�
Recordar un h�roe, hacer en su nombre un acto c�vico u homenaje, no solo conlleva a una ofrenda floral o un discurso rimbombante en muchos casos, lo cierto es que debe consistir en revivir sus ideas, su obra y legado. Debe ser tambi�n su reconocimiento mediante la imitaci�n de sus virtudes y la transmisi�n del fervor�a estas mujeres y hombres�a las nuevas generaciones.�
Los hombres y mujeres del pasado como lo es el abogado Ignacio L�pez Ray�n, tienen hoy mucho que decirnos, sobre todo, mucho que ense�arnos, pues en �pocas de crisis mostraron que solo con unidad, valor, arrojo y determinaci�n puede salirse triunfante.�
Que hoy, los ideales pol�ticos y jur�dicos de Ignacio L�pez Ray�n, sigan vigentes, y que siempre viva el hombre mas importante de Tlalpujahua Michoac�n, el Gran Abogado de la Naci�n.�
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Octavio Mart�nez Camacho�
Abogado Penalista socio del despacho HMSC.�
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