De acuerdo al Informe de Movilidad Social 2019: hacia la Igualdad Regional de Oportunidades, elaborado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, el cual mide la movilidad social en México, es decir, los cambios que experimentan las personas en su condición socioeconómica, y presenta propuestas para impulsarla; indica que la movilidad social en México aún es baja para el segmento más pobre de la población, dato que aún es mayor en la región sur del país, mientras que en el norte existe mayor posibilidad de movilidad.
Ante esta realidad, en el sector económico mexiquense hemos analizado y hemos concluido que es necesario que las personas que han tenido oportunidades de crecimiento generen empatía con aquellos ciudadanos que no han podido obtener una oportunidad de tener movilidad social.
Ya que, de acuerdo a diversos estudios y análisis, los resultados de vida de una persona son, en términos generales, producto de su esfuerzo en combinación con circunstancias ajenas a ellos mismos, como lo son la educación de sus padres o la región en donde se desarrollan. Estos resultados de vida pueden significar un ascenso o descenso social respecto al hogar de origen; es así como se identifica que las personas se mueven, y es el análisis de ese movimiento lo que conocemos como movilidad social.
Asimismo, coincidimos en la necesidad de modificar la perspectiva y la idea de que es responsabilidad casi exclusiva de las autoridades gubernamentales, de las empresas y del sector público crear oportunidades para las personas que no han podido mejorar sus condiciones de vida. Esto se ha vuelto una excusa que los ciudadanos hemos formulado para quitarnos esta responsabilidad.
Dentro de este mismo análisis, consideramos que nos ubicamos dentro de un contexto en el que se promueve la división de la sociedad con base a estratos sociales y la generación de datos y estadísticas; por lo que resultará más justo establecer una diferencia entre aquellas personas que tienen oportunidad de mejorar su situación económica y aquellas que nacen dentro de un contexto y circunstancias de vida que no les permiten salir adelante y cambiar su situación económica de una generación a otra. Acuerdos que se apegan al análisis desarrollado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
Sin embargo, es indispensable plantear una política pública que libere el potencial de toda la población para lograr una situación de justicia, cohesión social y crecimiento económico incluyente; una propuesta de política pública sería ampliar e igualar las oportunidades de las personas para aumentar la movilidad social y, con ello, elevar el desarrollo económico.
Sin embargo, de manera personal, todos los días debemos buscar tender la mano a aquella persona que no ha contado con las mismas posibilidades que nosotros para fomentar la movilidad social de todos los miembros de la comunidad. Como miembros de una comunidad, nuestra responsabilidad es generar oportunidades a personas que no tuvieron las mismas opciones que nosotros.
Ante un escenario económico complejo para 2023, debemos hacer equipo dentro de la misma sociedad sin esperar que el gobierno resuelva las problemáticas de nuestra comunidad, como ciudadanos debemos establecer acuerdos y generar soluciones.