ACCIONES EN FAVOR DE NUESTRO MEDIO AMBIENTE
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a partir del siglo XIX, las diferentes actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático, sobre todo por la enorme quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. Lo que ha provocado que el planeta experimente situaciones relacionadas con nuestro medio ambiente como nunca se había visto.
Uno de los cambios más notorios, son las grandes afectaciones materiales y las numerosas pérdidas de vidas humanas a causa de los huracanes. En este punto, cabe señalar que las tormentas de los océanos Atlántico Norte y Pacífico Nororiental que se denominan huracanes; mientras que en la región del Pacífico Noroccidental se nombran como tifones, y aquellos que se producen en los océanos Pacífico Sur e Índico, son conocidos como ciclones tropicales.
A partir de los importantes efectos negativos que estos fenómenos meteorológicos han producido en la vida y en el medio ambiente entre los años 1980 y 2021, un grupo de científicos especializados en clima y cambio climático han propuesto incluir una nueva categoría para clasificar los huracanes, llegando hasta la categoría 6; esto, ante los cada vez más intensos y destructivos fenómenos meteorológicos, asimismo, con la finalidad de no subestimar los riesgos que estos suponen.
Actualmente la escala Saffir-Simpson clasifica la categoría de un huracán en función de la velocidad de los vientos generados; la categoría 1 es la menos intensa con vientos de 119 a 153 kilómetros por hora, mientras que la categoría 5 es la más intensa con vientos que superan los 250 kilómetros por hora. Destacando el hecho que dentro de esta escala para definir a un huracán, no está relacionada necesariamente con los daños que ocasiona.
Actualmente los investigadores han venido solicitando que se abra una nueva categoría para los huracanes y tormentas, ya que, de acuerdo a sus pronósticos y simulaciones, es previsible que se alcancen vientos superiores a los 300 kilómetros por hora. Sus modelos han revelado que, con un incremento de 2 grados centígrados de calentamiento global por encima de los niveles preindustriales, el riesgo de tormentas de categoría 6 aumentará hasta un 50 por ciento cerca de Filipinas y se duplicará en el Golfo de México, y que el mayor riesgo de estas tormentas tan intensas y destructivas se va a dar en el sudeste asiático, Filipinas y el Golfo de México.
Más allá de preocuparnos por el incremento de los fenómenos naturales y el riesgo que estos representan, como ciudadanía debemos actuar en favor del cuidado del medio ambiente y con esto, reducir los impactos negativos que como humanidad provocamos en nuestro entorno. Los riesgos no pueden desaparecer de un día para otro, sin embargo, desde nuestro entorno podemos contribuir para que la naturaleza no nos genere nuevos retos.
Desafortunadamente hombres y mujeres sólo hemos respondido en favor del medio ambiente cuando ésta nos pone catástrofes frente a nuestro hogar; el planeta tierra ha sido generoso con nosotros en muchos sentidos y hoy sólo genera respuestas a los daños que provocamos con nuestras actividades.
No sólo se trata de generar una nueva categoría para el registro de los huracanes, es necesario trabajar en estrategias que ayuden a frenar y detener el avance del cambio climático, sin importar las nacionalidades o ideologías debemos sumar esfuerzos para rescatar a nuestro planeta tierra, nuestro único hogar.
H Grupo Editorial