PUNTO DE EQUILIBRIO ENTRE VIDA LABORAL Y PERSONAL
La salud y el bienestar de las y los trabajadores de nuestro país debe ser uno de los ejes centrales del diálogo y las acciones que autoridades e integrantes del sector productivo deben poner en marcha frente a un incremento continuo de los malestares y afectaciones relacionados a las labores realizadas en los espacios de trabajo.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud laboral debe ser entendida como aquella actividad multidisciplinaria que promueve y protege la salud de los trabajadores, la cual busca controlar los accidentes y las enfermedades mediante la reducción de las condiciones de riesgo.
Sin embargo, pese a las medidas reguladas e implementadas alrededor del mundo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que, al año, unos 2.78 millones de trabajadores mueren por causas laborales, de los cuales 2.4 millones se encuentran relacionados con enfermedades y el resto se deben a accidentes de trabajo.
Mientras que, para la región de Latinoamérica, la OIT estableció que entre el 50 y 70 por ciento de la fuerza laboral está expuesta a lesiones musculoesqueléticas por condiciones de trabajo deficientes en materia ergonómica.
En lo que respecta a México, de acuerdo con el Termómetro Laboral de la empresa OCC, un 90 por ciento de los trabajadores mexicanos reconoció que los problemas en el trabajo han impactado negativamente su vida familiar. En nuestro país, las principales afectaciones que reportan las y los colaboradores son un mayor estrés y tensión, una alteración de la dinámica familiar, momentos de desánimo y un mayor aislamiento.
De acuerdo a este mismo ejercicio de investigación, entre los múltiples factores del contexto laboral que afectan la vida personal de las personas trabajadoras, el que tiene mayor impacto son las malas relaciones con los líderes. Por lo que, con base en los datos recabados, se puede inferir que los malos climas laborales, las cargas de trabajo poco manejables, los horarios extensos y la violencia, son sólo algunos aspectos asociados al entorno organizacional que afectan mentalmente a las personas, y esto se puede reflejar en la vida personal.
Derivado de las condiciones y las actividades laborales que realizan de manera cotidiana dentro de sus espacios de trabajo, es común que las y los empleados desarrollen problemas que afectan tanto su salud física como emocional. Situación que a largo plazo produce mayores estragos en la salud de las personas y, en segundo término, disminuye su capacidad de resolución de problemas dentro del trabajo.
Frente a estos desafíos, en conjunto, los integrantes del sector productivo y las autoridades correspondientes debemos construir un marco regulatorio donde se favorezca el equilibrio entre la vida laboral y personal.
De acuerdo con el Workmonitor 2024 de la empresa Randstad, hasta el 54 por ciento de los trabajadores en México afirma que su vida personal es más importante que su trabajo; es decir, en el contexto actual, las personas están revalorando sus prioridades y están colocando su balance vida-trabajo en el centro de las decisiones profesionales.
Hoy debemos promover, así como favorecer el desarrollo profesional de las personas que colaboran en el sector productivo, sin dejar de lado que requieren de estabilidad emocional y física para con ello contribuir a su bienestar personal y el de sus familias.
H Grupo Editorial