Es necesario consolidar el “círculo de valor” que genera el empleo formal como un tema patrimonial de salud, desarrollo de oportunidades y justicia, señaló Gilberto Sauza Martínez, presidente del Consejo de Cámaras y Asociaciones Empresariales del Estado de México (Concaem).
El líder empresarial explicó que el hecho de que, actualmente, cuatro de cada 10 pesos que se gastan en servicios de salud y medicamentos deben pagarlos las familias, ha ocasionado un gasto oneroso que en muchos casos debería ser cubierto por el Estado o bien por los sistemas de seguridad social que el empleo formal permite generar y operar.
Sauza Martínez consideró que la apuesta debe ser el fortalecimiento de la generación de empresas y fuentes de empleo formales, de manera que se cuente con los ingresos necesarios para garantizar la operación de las instituciones de salud y beneficiar directamente a las y los colaboradores, así como a sus familias. Además, debe fortalecerse con más presupuesto desde el Gobierno Federal.
Refirió que, en el último año, el gasto en salud en el país alcanzó apenas el 2.8 por ciento del Producto Interno Bruto, mientras que las recomendaciones internacionales realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es que el mínimo a invertir sea del 6 por ciento con el fin de garantizar estabilidad y protección a la población.
“Es un hecho más que conocido la presión financiera que recae en el Instituto Mexicano del Seguro Social, el ISSSTE y los institutos de salud estatales, pues la carga económica sobrepasa sus capacidades, por lo que la apuesta debe ser la generación de fuentes permanentes y legales de empleo formal, para que mediante las aportaciones de patrones y colaboradores se fortalezcan esquemas de atención con calidad”.
Informalidad
El presidente de Concaem citó que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), publicada por el INEGI, durante el primer semestre del año se generaron 742 mil nuevos empleos en el país; sin embargo, el 98 por ciento de estos fueron en el ámbito informal, lo que evidencia que no hay suficientes incentivos o alicientes para que dichas unidades económicas encuentren en el desarrollo de actividades formales un suelo fértil para su desarrollo.
“Debemos pensar en el tema de desarrollo económico como el eslabón principal de esta cadena de valor. Una empresa formal y en buenas condiciones operativas se traduce en trabajadores estables, con oportunidades. Produce comunidades más seguras y para las nuevas generaciones abre mejores oportunidades de educación y -de manera particular- servicios de salud para la población que no ponen en riesgo su patrimonio ante una enfermedad o accidente”.
Señaló que para la reingeniería financiera que requieren los sistemas de salud, es necesario un incremento de los recursos presupuestales que desde el Congreso Federal se asignan, toda vez que, actualmente, de cada peso que el IMSS recibe como presupuesto, 78 centavos son aportados por las cuotas obrero – patronales y solo 12 centavos son recursos públicos.
Karina Villanueva