Representación proporcional, Constitución y Democracia
El Ejecutivo federal persiste en su ya añeja tentación de continuar concentrando el poder de manera autocrática: pretende reducir a su mínima expresión la pluralidad en el poder legislativo.
En el 2022, propuso dentro de su paquete de iniciativas de reforma a la legislación electoral, desaparecer, con el único pretexto de la supuesta austeridad, a los legisladores plurinominales (diputados y senadores), cuando precisamente es el legislativo aquel de los tres poderes que por naturaleza representa la soberanía popular.
Ahora, esta propuesta de iniciativa, que por el fondo y la forma nace muerta, vuelve a ser presentada por el presidente dentro de su paquetazo de 20 iniciativas a la constitución y leyes ordinarias del país.
Hay tener en cuenta que la representación proporcional (RP) en México, surgió en 1977 precisamente como reacción a las presiones de una oposición que entonces exigía un Congreso más representativo y democrático frente al dominio casi absoluto del PRI de aquel entonces. Fue así que desde el poder, México tuvo la primera reforma electoral de gran envergadura en nuestro país, plasmada en la Ley de Organizaciones Políticas y Procesos electorales (LOPPE) que dentro de sus innovaciones incluyó la figura de diputados de representación proporcional o plurinominales.
El propósito original de esta figura fue incorporar al trabajo parlamentario a especialistas en diversas materias sustantivas para enriquecer la producción legislativa, esto a falta de servicios legislativos de carrera proporcionados por especialistas, tal como sucede por ejemplo en España con el Cuerpo de Letrados. Al paso del tiempo, por desgracia esta intención se perdió desde hace algunas décadas por intereses políticos de líderes y partidos, convirtiéndose en un mero mecanismo mediante el cual los instituto políticos y sus dirigentes otorgan cuotas cuando no recompensan lealtades, refrendan amistades, compadrazgos y compromisos, lo que sin duda es muy perjudicial al avance democrático ya que incide negativamente en la forma y contenido de la representación proporcional; pero desaparecerla no es una solución, más bien al contrario implicaría alimentar la idea de una muy grave regresión al viejo problema del autoritarismo unipartidista.
¿Cuál es el valor jurídico político que protege la representación proporcional y que al parecer no se entiende o se pretende ocultar por el titular del gobierno actual? En primer lugar, al interior del cuerpo legislativo, lograr un equilibrio incluyente de las distintas opciones partidistas en la misma proporción en que éstas han sido votadas y por otra parte, de cara al ejecutivo, constituir a la oposición en un contrapeso real ante las decisiones que tome el ejecutivo a través de su instrumento en el legislativo, por ende legitimarse mediante la pluralidad objetiva. De hecho, en países como España, Portugal y Alemania, todo el Congreso es electo mediante esta figura.
En los hechos, algo en lo que poco se repara en México es que desde hace tiempo tanto los legisladores de mayoría, conocidos como “Unis” como los de representación proporcional o “pluris”, se votan en la misma boleta, solo que los nombres de los primeros aparecen al frente y los segundos al reverso, igual que como ocurre con el presidente municipal y los regidores de ayuntamientos. Esto quiere decir los legisladores plurinominales son tan votados como los de mayoría. De esta forma, la representación proporcional se emplea para asignar de acuerdo a los artículos 52, 53 y 54 de la Constitución, a todos los legisladores en su conjunto. Y esto no solo se da a nivel federal, sino también a nivel de las entidades federativas, pues los congresos locales también son integrados por legisladores electos tanto por mayoría como por RP de acuerdo a sus propias legislaciones.
Algo digno de resaltar en el análisis de esta propuesta que nuevamente y de forma engañosa se está impulsando para eliminar la RP, es el aspecto aritmético que perversamente se esconde detrás, pues basta con recalcular los porcentajes de curules para cada partido en el Congreso actual para darse cuenta con toda claridad del cambio negativo en su composición: De no existir hoy las diputaciones plurinominales, la coalición gobernante (Morena-PVEM-PT) se hubiera quedado con el mas de las dos terceras partes de las curules, siendo que en las urnas obtuvo una votación del 44%, mientras que actualmente gracias a la RP con todo y sus aliados llega a poco menos del 48%, es decir, se ubica dentro del rango previsto por la Constitución (-8%) y refleja con mucha mayor claridad lo que realmente pasó en las urnas.
De nuevo, insistimos en que eliminar la RP significaría despojar de representación en el Legislativo a aproximadamente 60% de los ciudadanos, lo que significaría un retroceso de más de un siglo para la democracia mexicana pero reforzaría el acaparamiento del poder por parte del presidente y su movimiento, con miras a la elección del dos de junio próximo, en detrimento del Estado Constitucional y de la democracia en nuestro país.
Por José Ramón González Chávez