Ante el incremento de casos de violencia en el ámbito escolar, el representante de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) en el Estado de México, José Luis Romero Castañeda, señaló que pese a la existencia de normas y protocolos para su atención, se ha relajado la aplicación de los mismos por parte de las maestras y autoridades.
Recordó que dichos protocolos impulsados por la Secretaría de Educación (SEDUC), tienen el objetivo de prevención, detección, sanción y eliminación; y precisó que de inicio se debe trabajar en la prevención, partiendo con diagnósticos y reportes de incidencia mensuales.
“Consideramos que en muchos de los casos las escuelas no están haciendo estos trabajos, o bien están abandonado esta figura”, expresó, asimismo, dijo, la indiferencia puede surgir de que muchos actos se dan fuera de las instalaciones; sin embargo, la violencia se gesta desde los salones, áreas comunes o en los baños de las escuelas.
Por ello, dijo se necesita mayor presencia y se respeten las normas y leyes, así como establecer límites y acuerdos de convivencia y de ser necesario establecer las correcciones necesarias, “si fuera necesario, como se dice, sacar la manzana podrida para que no se descomponga todo el canasto, tendrá que ser una manera quizá dolorosa de expulsar al niño”, añadió.
Dijo, que los padres de familia solo buscan que sus hijos acudan a la escuela en un ambiente sano, que lo único que les preocupe es tener que llegar a estudiar y no preocuparse porque alguien los esté golpeando, violentando verbalmente o psicológicamente, o segregando socialmente por situaciones de racismo u otras cuestiones.
Observación de víctimas y victimarios
Además de los protocolos, Romero Castañeda, destacó que es importante la observación por parte de los padres de familia, de los comportamientos de sus hijos, que pueden ser víctimas de acoso o violencia.
“Se pueden ver cambios de hábitos, pérdida de apetito, se puede revisar si hay alguna lesión, si ya no quiere ir a la escuela o empieza a aislarse, son dignos que deben llamar la atención y solo estando presentes se pueden detectar y prevenir casos extremos como la pérdida de la pida o lesiones graves” dijo.
Reflejo social
Romero Castañeda señaló que los actos de violencia en las escuelas son un reflejo de lo que se vive en la sociedad y en las familias, que muchas veces los menores reflejan, refirió que de acuerdo a la última consulta infantil y juvenil, el 70 por ciento aseguró haber presenciado una discusión en sus hogar.
Areli Díaz
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