La noche del pasado viernes 28 de abril, va a dar mucho de qué hablar durante las semanas siguientes, cuando se vayan conociendo los contenidos con las letras chiquitas de todas las reformas que fueron aprobadas por los legisladores de Morena, PT y PVEM la semana pasada, en un completo desaseo legislativo y en la rendición del Poder Legislativo ante el Poder Ejecutivo.
Algunos han dado en llamar la “noche negra” a esa noche de viernes en la que desde la vieja casona de Xicontécatl, antigua sede del Senado de la República, sin la presencia de los senadores que integran el bloque de contención formado por PRI, PAN, PRD y los independientes, los senadores afines a la 4T aprobaron dos dictámenes de madrugada sin contar con el quórum necesario para ello, y con ello desaparecer la Financiera Rural y el Conacyt.
Esa noche fue el cierre del periodo ordinario de sesiones y fue el colofón a una semana de trabajos forzados para diputados por el hecho de pasar casi dos días completos en el palacio legislativo de San Lázaro aprobando más de veinte reformas a diversas leyes secundarias que ni siquiera fueron leídas y que así como les fueron enviadas desde Palacio Nacional, fueron aprobadas sin el trabajo de comisiones legislativas, con la dispensa de la primera y segunda lecturas que establece la norma jurídica para su presentación al pleno, totalmente a ciegas, para cumplir la máxima presidencial de “no cambiar ni una coma” y con los votos en contra de la oposición que nada pudo hacer ante la negativa de Morena y aliados para discutir iniciativas que tendrán un impacto importante en la vida económica, educativa, de investigación científica y en la producción de bienes en México.
El análisis de lo aprobado seguramente habrá de generar, como ya lo han adelantado PRI, PAN, PRD y MC, un cúmulo de amparos y de juicios de nulidad al ser consideradas varias de ellas como contrarias a la Constitución. A ellos se habrán de sumar un importante número de organizaciones civiles y ciudadanas y necesariamente, los académicos, investigadores e intelectuales, que se ven afectados de diversas formas ante las reformas de ley dictadas desde la oficina presidencial.
El presidente que se hace llamar el más demócrata y se equipara al apóstol de la democracia, Francisco I. Madero, ha dado muestra de su profundo talante antidemocrático y con formas que ni siquiera el PRI del siglo pasado, se atrevió a manejar de una forma tan cerrada al diálogo y sin tomar en cuenta a la sociedad que dice representar.
Quizá una de las razones para actuar de tan incomprensible manera es la muy probable y creciente preocupación de que los ciudadanos están decididos a dar la espalda a la llamada cuarta transformación que lo único que ha transformado son las instituciones que venían funcionando bien o regularmente, en instituciones que no han respondido ni a las necesidades ni a las expectativas de los ciudadanos usuarios de las mismas y como un botón de muestra está el INSABI, que la semana pasada desapareció para saturar aún más al IMSS con su incorporación a esta noble institución en las zonas rurales del país, donde las carencias de personal e infraestructura médica son más que conocidas. Ese es sólo un ejemplo.
Decíamos que la preocupación presidencial y de sus asesores estriba en la observación de señales que aparentemente no les dan una buena calificación para continuar con el cambio de régimen. No se podría entender de otra forma que después de cinco días de ausencia por una supuesta convalecencia de Covid 19, el presidente haya sostenido reuniones con todos los gobernadores de su expresión política, que acudieron presurosos a palacio nacional, para, se dijo, recibir información de los programas sociales y un día después, reunirse con todos los senadores leales a su causa y rodearse en la misma reunión de los cuatro aspirantes presidenciales para recibir línea para mantener a toda costa, la unidad en torno a su movimiento y para ello, la evaluación de la lealtad fue la aprobación sobre las rodillas de los veinte dictámenes que aprobaron.
Ya veremos los alcances perniciosos para la economía mexicana, la transparencia y la rendición de cuentas. Sin embargo, lo que parece esconder lo que se ha comentado, es que en palacio nacional y en la secretaría de gobernación ven con preocupación que las cosas no les van a salir muy bien, empezando por los resultados electorales del próximo 4 de junio, donde al parecer por las señales y la prisa presidencial, auguran que su candidata, Delfina Gómez Álvarez habrá de ser derrotada en las urnas por Alejandra Del Moral Vela y con ello, iniciar un probable debacle electoral en la Ciudad de México y por supuesto, en la pérdida de la mayoría calificada y de quizá de la mayoría simple para seguir haciendo lo que el inquilino de palacio les dicte y con ello, el riesgo inminente de que la cuatro t, no pueda continuar desarmando el régimen democrático y de las instituciones que los mexicanos hemos construido con tanto esfuerzo en las últimas décadas.
H Grupo Editorial