Como ya lo hab�amos previsto, ayer el Consejo Estatal del PRD en sesi�n destituy� a su dirigente estatal, Cristian Campuzano y nombr� como encargado a Javier Rivera Escalona, el secretario general.
Los argumentos del Consejo ya eran conocidos, irregularidades en la aplicaci�n de los recursos p�blicos y la omisi�n en sus obligaciones como l�der del partido.
Ya dentro del PRD se inici� un procedimiento en contra de Campuzano Mart�nez, que b�sicamente sirve para que �l intente alguna defensa, que ya parece resultar� in�til.
Ahora toca a Rivera Escalona conducir la selecci�n interna para determinar qui�n conducir� el destino del sol azteca.
Comprometi� un proceso abierto en el que est�n involucrados los liderazgos para que puedan encontrar a la mejor opci�n.
El asunto es que la tarea que tiene ese partido por delante es enorme y muy compleja. Esta vez s� estuvieron a punto de desaparecer, tanto que pr�cticamente le deben a la coalici�n con PAN y PRI el registro.
En esa alianza partidista, los �nicos que hicieron crecer su votaci�n fueron los del tricolor, a los albiazules y los amarillos el balance final no les favorece en lo independiente.
Ya cada quien har� sus propios an�lisis, pero de inicio, solo as� consiguieron permanecer en el mapa pol�tico estatal.
En las semanas recientes parecen haber decidido que Cristian Campuzano es el culpable de ese desastre y, en buena medida, debe ser cierto pues ya sea por sus malas acciones o por omisi�n, era el responsable a cargo.
Sin embargo, hay mucho m�s en el fondo del pozo y les conviene asomarse a revisar que m�s encuentran en ese reflejo, o van a volver a reproducir los errores que los han llevado a donde ahora est�n.
Al final del d�a, Cristian Campuzano ya ha perdido la confianza de su partido y tendr� que dar cuentas ante las autoridades pertinentes por los recursos p�blicos, pues hay denuncias formales ante la fiscal�a.
Sin embargo, eso no resuelve la situaci�n del PRD, falta mucho por hacer y les conviene revisar el rumbo por el que quieren transitar para conseguirlo.