Martha Gonzalez Aguilera
La deuda hist�rica con la mujer rural
La vida libre de violencia para las mujeres es una causa largamente anhelada que ha sido pospuesta por a�os. Para las mexiquenses es una batalla que se pelea d�a con d�a y que este sexenio ha tenido m�s atenci�n que nunca antes, aunque todav�a hay mucho por hacer, en particular para algunos sectores que han sido especialmente olvidados, como las mujeres ind�genas.
Ellas, adem�s de las condiciones de violencia con las que conviven a diario el resto, padecen el factor de discriminaci�n que a�n prevalece para sus comunidades.
Ah� son m�s grandes las brechas de desigualdad que hay que aminorar, la deuda hist�rica es innegable, tal vez por eso entusiasma m�s saber que el Centro Regional de Atenci�n a Mujeres Rurales e Ind�genas creado apenas hace un mes, ya tiene resultados.
Este organismo es el �nico de su tipo en el pa�s. Est� en el municipio de Aculco, brinda asesor�a legal, orientaci�n m�dica y sexual, adem�s de talleres de capacitaci�n para el trabajo que les permita a las mujeres ind�genas opciones de autoempleo o desarrollo laboral en actividades relacionadas con la vocaci�n de sus comunidades.
Por primera vez un programa de gobierno atiende directamente a las mujeres de este sector, que tanto lo necesitan por estar m�s aisladas, por las propias condiciones socioculturales y econ�micas de sus comunidades.
De agosto a la fecha, el Centro ha atendido a m�s de 100 mujeres. El gobernador Alfredo del Mazo dijo cuando lo present� que habr�a m�s lugares como este en otras regiones que tambi�n tengan vocaci�n rural, pero mientras eso sucede, el programa y ha implementado jornadas itinerantes, para extender sus servicios.
Este es un punto muy importante, porque si de por si es dif�cil conseguir que las mujeres en condici�n de violencia se acerquen a las autoridades en busca de ayuda, en las comunidades ind�genas el problema es mayor, as� que es necesario ir a buscarlas, acercarles estos mecanismos.
Se trata de un tema particularmente sensible, dado que las mujeres rurales no solo sufren pobreza y marginaci�n, sino que tambi�n, en muchas ocasiones, est�n m�s expuestas a sufrir violencia, son triplemente vulneradas.
Esperemos que este fin de a�o, a la hora de revisar presupuestos, los diputados consideren una buena parte de los ahorros que genera la austeridad para apoyar proyectos tan nobles y necesarios como este, que en poco tiempo ya est�n dando buenas cuentas.