La Guardia Nacional es el eje central de la estrategia de seguridad del presidente L�pez Obrador y arranc� labores hace apenas dos a�os con mil elementos en 150 regiones, en una primera etapa, mismas que aumentar�an despu�s a 266 en el pa�s, incluida la Ciudad de M�xico.
Hoy, esas cifras est�n lejos de ser reales. Los integrantes de la Guardia Nacional est�n dispersos por todo el pa�s en n�meros insuficientes, mal tratados, mal equipados y mal pagados.
Mientras tanto, antes de que el proyecto logre cuajar, ya el presidente pretende terminar de torcerlo, junto con la ley, al convertirlo en un cuerpo completamente militar.
El problema obvio es que �l vocifer� durante a�os contra la militarizaci�n de la seguridad p�blica en el pa�s y comprometi� que lo har�a diferente, cosa que ahora se le revierte.
Pero, adem�s, est� la reticencia de la oposici�n e incluso de su propia gente contra la formaci�n de un cuerpo policial militar, que es tanto como oficializar la pol�tica de seguridad de administraciones anteriores.
As� las cosas, veremos si los legisladores de oposici�n consiguen frenar esta iniciativa, mientras se confirma que ha fracasado en la tarea de pacificar al pa�s.
El gobierno federal hab�a ya enviado efectivos militares para el refuerzo de seguridad en municipios, sin que hubiera reglamentaci�n que lo sustentara ni le diera orden a estas medidas, cosa que pod�a f�cilmente salirse de control. Luego, la Guardia Nacional no ha conseguido ofrecer los resultados esperados, b�sicamente porque no tiene las condiciones adecuadas para funcionar.
Adem�s de lo precario de sus circunstancias, resulta que los mandos militares no se acoplan a la vida civil.
Los federales que quedan no est�n para nada contentos, pero se han sumado a las filas de esta nueva corporaci�n porque no ten�an m�s remedio.
Mientras, la inseguridad crece y la nueva secretaria de Seguridad debe dar resultados al tiempo de controlar este �Frankestein�.
Al mismo tiempo, necesita el gobierno federal sumar la voluntad y el verdadero trabajo coordinado de las polic�as estatales y de las corporaciones municipales, que se han desentendido de muchas de sus responsabilidades, despu�s de que se han dedicado desde la presidencia a llamarlos ineptos y corruptos.
Ya se ver� c�mo avanza esta historia, pero es preocupante, porque aunque al presidente no le parezca de esta forma, la inseguridad es prioridad, al menos para millones de mexicanos que viven con miedo. Los c�rteles crecen sembrando el terror y consumen territorios sin que nadie los detenga.
Al final, los ciudadanos est�n en medio y eso es lo m�s lamentable.