Casi llegamos al final del primer año de gobierno de Raymundo Martínez Carbajal y, de seguir como va, tendrá muchas razones para festejar antes de llegar al informe. De hecho, ya hay buenas noticias.
Y es que, según la encuestadora Mitofsky, logró ascender como ningún otro alcalde en el país, lo que seguramente pronto se convertirá en una tendencia. No dudamos que pronto estará en números positivos, porque el trabajo que ha hecho para recuperar la ciudad es cada vez más evidente.
La realidad es que ha sido un inicio de gobierno complejo, con demasiados negativos que enfrentar y, lo peor, todos ellos debido a la pésima forma en la que dejó el ex alcalde morenista Juan Rodolfo Sanchez Gómez el municipio.
Recomponer todo lo que estaba roto ha sido complejo de forma que tardó más de lo esperado en empezar con sus propios programas, porque primero debía restablecer los servicios, ya que hasta los más básicos estaban rotos.
Ahora, ya con las calles sin basura amontonada, los semáforos en funcionamiento, los servicios públicos que han retomado su ritmo, la policía en las calles y con patrullas, además del bacheo en avance, empezó la cirugía mayor.
Hace unos días anunció la re pavimentación de 500 mil metros cuadrados en tres vialidades fundamentales del centro, la calle de Quintana Roo y las avenidas Independencia y Morelos.
Así las cosas, es lógico que empiece a subir en las encuestas y seguramente seguirá con esa tendencia. Veremos.
Inflación
No deja de crecer la inflación y los expertos dicen que a finales del año llegaremos a niveles históricos.
Sin embargo, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador le apuesta a la misma fórmula que tanto criticó: programas clientelares, mientras se niega a tomar medidas para frenar este fenómeno que amenaza con hundirnos en una profunda crisis, dentro de unos meses.
El problema es que durante varias décadas se han invertido decenas de millones de pesos en programas asistenciales en todo el país, con resultados magros, por decirlo de manera amable.
En cambio, en políticas productivas y decenas de programas que estaban destinados a la promoción de micro y pequeñas empresas, a la investigación, a la promoción de inversiones, al apoyo a emprendedoras y emprendedores, al turismo e incluso al campo, se fueron por la borda para apoyar los proyectos de lucimiento de AMLO..
Mientras, la tan famosa austeridad y el combate a la corrupción fueron las grandes promesas de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador para resolver la problemática social de este país tan lastimado por décadas de olvido y que apostó a un gobierno de izquierda con la esperanza de recibir respuesta a sus anhelos de mejorar las condiciones de vida de millones de mexicanos en pobreza desde hace generaciones y, al final, lo único que ha obtenido es pan y circo.