Pese a que avanzamos con los problemas de salud después de sobreponernos de la etapa más grave de la pandemia, hay todavía mucho por delante, y los problemas que enfrentamos son importantes en el sector económico.
El desempleo, los trabajos mal pagados, el alza de precios y las dificultades reales para reactivar la economía, y la delincuencia aprietan.
Ojalá que las autoridades pongan más atención, antes de que los vecinos organizados comiencen a tomar medidas que luego no le gustan a los gobernantes.
Insisten en que pese a la percepción social, la delincuencia está a la baja y que cada día se cometen menos ilícitos.
Nos lo señalan cada vez que anuncian alguna aprehensión o que encuentran un arsenal, sin embargo, eso no se refleja de manera sensible en la experiencia de los ciudadanos, quienes viven entre rejas, bardas, alarmas y con temor.
Esperábamos que con los cambios de partidos en el poder se sintieran obligados a trabajar en propuestas relativas a la inseguridad, que es hoy por hoy uno de los problemas que más preocupan a los mexiquenses, pero no resultó de esa forma. ¿Será que los alcaldes piensan evadir el problema y echarle la culpa a los gobiernos estatal y federal, igual que sus antecesores? Son pocos los que han agarrado al toro por los cuernos.
Lo cierto es que los gobiernos de todos los partidos políticos, incluso el naciente Morena, no han sido capaces de convencer a los ciudadanos de que pueden administrar, gobernar y, en última instancia, dar respuesta a sus problemas.
Se trata pues de una crisis de credibilidad, que no es reciente, pero que poco han conseguido hacer para solucionarlo, a pesar de que hay avances gubernamentales, no son aún suficientes.
En este sentido, los partidos políticos están en el momento clave para mirar hacia dentro en busca de respuestas, con las campañas por iniciar.
Las verdaderas causas están al interior de los propios partidos, de todos y esa reflexión no puede quedarse sólo en buenas intenciones, sino que debe generar cambios profundos, que incluso se integren en una verdadera reforma política.
Caisa pendiente
Las administraciones municipales anteriores los municipios tuvieron la oportunidad de fortalecer el trabajo en materia de combate a la violencia contra las mujeres, gracias a los recursos destinados a través de las alertas de género y no todas lo aprovecharon.
Por eso, hoy se requiere de mayor esfuerzo por parte de los municipios para atender este problema, que es una triste realidad en el Estado de México y tiene repercusiones que son graves y no refleja la estadística, como mujeres que no consiguen un desarrollo, libertad ni mucho menos felicidad, hijos que crecen en un ambiente hostil y reproducen el patrón.
Las mujeres tienen el mismo derecho que los hombres de aspirar a una vida plena, feliz, productiva y libre, mientras que todos los gobiernos tienen la obligación de proteger esas garantías y en muchos sentidos, en el Estado de México, eso falla. Esa es la realidad.
Los diputados se esforzaron en la legislatura anterior por garantizar en la ley que las alcaldías hicieran lo que les corresponde, pero mientras las instancias de ese nivel de gobierno no tengan verdadera voluntad para resolver el problema, no habrá leyes que valgan ni avance real.