Alfredo del Mazo dio ayer su último discurso como gobernador relativo al aniversario de la fundación del Estado de México y ahí dijo una frase interesante que destaca.
“Nuestra tierra es un (…) un retrato de los contrastes de nuestra sociedad, que hace del mexiquense un pueblo diverso, plural y tolerante. Sobre estos tres principios, construimos un modelo de desarrollo incluyente, que inspira la ruta del país”.
Justo en los albores del proceso electoral, pero cuando ya es álgido y la competencia es cada día más áspera, nos recuerda del Mazo que en el Estado de México construimos un modelo de desarrollo incluyente.
Lo cierto es que los gurús de la política nacional se desgarran las vestiduras con aquello del Estado de México priísta que nunca ha sido gobernado por otro partido, pero pasan por alto que en nuestra tierra conocemos de la diversidad política hace muchos años y que la alternancia no nos asusta, mucho menos la competencia fuerte.
Hoy la polarización es evidente, en todo el país, y nuestra entidad no es la excepción, pero los mexiquenses sabemos bien cómo rescatarnos a nosotros mismos.
Los ganones
El Estado de México, como el resto del país, para el 2022 ve que con los recortes presupuestales la cosa no está nada fácil, de modo que hay que estirar los recursos para que alcancen para todo.
Por lo pronto, los alcaldes ya saben que se acabó lo que se daba y ya no habrá recursos extraordinarios para rescates de finanzas municipales, recibirán lo que les corresponde y punto. Es decir, que cada quien se rasque con sus propias uñas, como debió ser siempre.
El caso es que, ante este panorama nada alentador, qué pasará con los municipios. Bueno, pues ahí los que ganan son los cabilderos, entre ellos los legisladores de Morena.
Resulta que desde la legislatura pasada, cuando al llegar a la curul descubrieron que la austeridad les amarraba las manos y no tuvieron acceso a bonos o apoyos de otro tipo, se volvieron gestores de recursos para estados y municipios, desde luego a cambio del famoso “diezmo”, aunque realmente el porcentaje varía, algo así como que según el sapo es la pedrada.
Ahí encontraron la manera de hacer negocio y ahora ya se saben el camino, al menos los que van por su segundo periodo, los otros, seguramente aprenderán.
Este mecanismo les ha resultado bastante redituable, especialmente porque no distinguen colores partidistas, lo mismo le ofrecen sus servicios a los de Morena que a los de cualquier oyra fuerza política.