La historia del debate se quedó en espera, hoy el Instituto Electoral definirá qué hacer con el diferendo de fechas, aunque estamos en un problema, porque, son los partidos quienes deben decidir y parece que entre ellos no habrá acuerdo.
Dice Horacio Duarte que los debates no modifican los resultados electorales, quien sabe de dónde sacaría ese dato, que le conviene revisar -dado que es el coordinador de campaña-. Si es así, ¿por qué complicar tanto la presencia de su candidata?
Al final, es evidente que están muy confiados en Morena, pero miden en el fondo miden bien los riesgos.
Es claro que Alejandra del Moral tendría en este ejercicio una oportunidad de oro para convencer a la gente que no se involucra en eventos de campaña, que es la que se puede alcanzar en estos ejercicios.
En todo caso, hoy la autoridad electoral, por lo menos, dirá algo en firme, si no es que plantea una definición.
Lo que destaca, es el desprecio total de Morena por el electorado, por la gente, la que no tiene tiempo de ir a sus mítines, la que trabaja y cuida una familia y en el debate tiene la única oportunidad de conocer a las candidatas y sus propuestas.
Para Duarte, Morena y su candidata, Delfina Gómez, es solo cuestión de medir riesgos e intereses.
La guerra se avecina
La elección por venir será más bien una campaña de estructuras, dedicada a ellas y en la que serán ellas las más involucradas.
Para el grueso de los ciudadanos, los que no militan ni participan en la vida partidista, pareciera que las campañas no existen en general.
Se ve en los comentarios de la gente, ya sea en redes o en el contacto directo.
Se quejan de la falta de propuestas y de que no se ve a los candidatos en las calles, mientras que los involucrados vemos otra cosa.
Así las cosas, el avance de los partidos y su situación real depende del municipio en el que uno pregunte.
La realidad política de nuestro estado está tan fragmentada y polarizada que cualquier previsión a vote pronto para la siguiente elección es francamente poco certera.
Así pues, lo único claro es que el abstencionismo puede ser el que decida.
Es responsabilidad de candidatas y partidos incentivar a los ciudadanos para que participen, con propuestas, con cercanía, con interés en la gente.
Ahora, esperemos que lo entiendan, antes de que terminen las campañas.