En un par de días, el jueves, para ser exactos, veremos a las candidatas a la gubernatura mexiquense, la priísta Alejandra del Moral y la morenista Delfina Gómez en un debate que será televisado por TV Mexiquense, que es la televisora estatal, pero además, la de mayor cobertura a lo largo y ancho del Edoméx.
Este será el primero de los dos ejercicios de este tipo en el que podremos conocer más a fondo a las aspirantes a la gubernatura, sus ideas y la forma en la que las expresan.
Más allá de sus discursos diarios o de los spots de televisión que se repiten una y otra vez sin mucho sentido, este tipo de ejercicios permiten escucharlas hablar sin seguir un guión -ojalá- y expresarse libremente.
Por supuesto, ellas se han preparado intensamente, conocen los temas sobre los que se les cuestionará y habrán preparado sldo.
Estos temas han sido propuestos por los ciudadanos y en esta primera participación incluirán combate a la corrupción, violencia de género, servicios públicos.
De ellos, combate a la corrupción y violencia de género, son los temas que más han sido requeridos por los ciudadanos.
En fin, que está casi todo listo para el primer debate y las candidatas se alistan para el jueves, la primera vez que podremos escucharlas, contrastarlas y conocerlas mejor.
Ahora lo interesante será ver qué tan preparadas están ellas. Delfina Gómez estará en su tercera como candidata.
Ya fue aspirante a gobernadora, hace seis años, y luego ha tenido varios cargos públicos como Senadora y Secretaria de Educación, por lo que se supone que tiene tablas se sobra, aunque lo cierto es que no ha logrado “avivar” el discurso ni encender a sus seguidores en los mítines.
Mientras, el reto de Alejandra del Moral, es justo el contrario. Ella tiene experiencia en campañas, ha encabezado a ai partido en dos rondas de elecciones como lideresa.
Además ha tenido cargos en el gobierno federal, en el estatal y como legisladora. Es decir, tampoco le falta experiencia.
Sin embargo, su estilo agresivo y potente puede jugarle una mala pasada. La candidata priísta corre el riesgo de parecer excesiva, justo frente a una contrincante en exceso pasiva.
Ahí están los grandes retos, por un lado, la morenista necesita subir un poco la energía y del Moral bajarle. El dilema será encontrar el punto medio, para ambas.