Campañas reales
Otra reflexión frente a las campañas electorales que recién vivimos en la entidad es la necesidad de pensar desde la realidad del Estado de México las reglas que hemos de imponer para las mismas.
Y es que, hay que decirlo, ahora mismo el marco electoral parece estar diseñado para que los ciudadanos no se enteren de los detalles de las elecciones, ni de quienes son las candidatas ni sus propuestas.
Hay un exceso de limitaciones en cuanto a la propagada que rayan en lo ridículo. En las campañas recientes, por ejemplo, ni siquiera se sentía en las calles el ambiente electoral.
Hemos llegado al extremo en que para el ciudadano común no es claro cuándo ni cómo es la competencia, mucho menos conocen las propuestas o los proyectos de gobierno, si es que los hay.
Lo peor, luego culpan al Instituto Electoral de los malos resultados en participación ciudadana.
Si alguna lección deja esta elección es que es hora de hacer una ley electoral que favorezca la participación ciudadana, en lugar de inhibirla.
En Salud inicia el riesgo
Con esto de la austeridad que tiene a todos medio paranoicos, la cosa está que arde en todas las áreas de gobierno y pareciera que pronto habrá que empezar a recortar gastos.
Lo cierto es que esperamos que el presupuesto del año que viene pueda hacerse en condiciones razonables que permitan un ahorro significativo en áreas donde los excesos han sido permanentes, para que esos recursos sean derivados a los sectores que los requieren con urgencia, para que sirvan al beneficio de la gente.
La cosa es que los recortes presupuestales no pueden hacerse a ciegas, sin un análisis de por medio y eso requiere tiempo, cosa que no tenemos.
En todo caso, las verdades deben salir a flote para que los recursos puedan organizarse con bases reales y, de paso, haya por fin consecuencias para quienes han sido irresponsables, por decir lo menos.
El sector salud del Estado de México preocupa, pues ya el presidente dio señales de pretender desaparecer ISSEMyM e ISEM. Grave resultaría para millones de mexiquenses que ahí se atienden y que su salud y vida depende de ellos. Será momento de empezar a defenderlos en las calles, si eso ocurre.
Martha González Aguilera