Calma chicha
Ayer, la virtual gobernadora electa, Delfina Gómez, se reunió con los diputados y alcaldes de su partido. Están todavía en Morena festejando el triunfo, y motivo no les falta.
Por lo pronto, la virtual gobernadora electa estará revisando el capital político de su partido para poder perfilar el gabinete que le interesa y el equipo que la acompañará en el inicio de gobierno.
Durante la campaña ella comprometió que no habría despido masivo, pero eso lo sabremos hasta la llegada de la nueva administración.
Por lo pronto, la pasarela y los festejos siguen, en medio de una tensa calma que precede a los anuncios importantes.
Realidad que nos supera
Mientras tanto, la realidad no entiende de cambios de estafeta ni de color. Hace ya unos años que tenemos en el Estado de México la Marina, el Ejército y la Guardia Nacional con la intervención del gobierno federal en apoyo a la seguridad mexiquense y no parece haber solución, por el contrario.
Y es que pese a que las autoridades insisten en la disminución de delitos, en particular los de alto impacto, los mexiquenses no vivimos tranquilos y las estadísticas muestran avance.
Lo cierto es que en muchas localidades del Estado de México, el miedo se ha apoderado hace tiempo ya de la ciudadanía, mientras los gobiernos municipales, francamente rebasados, no saben que respuesta dar.
Tal vez este es uno de los efectos más negativos de la violencia y la criminalidad, pues el tejido social se rompe de tal manera que, tanto ciudadanos como autoridades aceptan circunstancias que en condiciones normales les hubieran parecido inaceptables.
Así pasa entre los mexiquenses del sur, donde muchos empresarios han accedido al pago de cuotas a cambio de seguridad. En principio lo hicieron porque no quedaba otra, pues si se negaban, ponían en peligro vida, familia y negocio.
En otras regiones del Estado la presencia de la delincuencia organizada ha crecido y se ha asentado, de modo tal que parecen ser los duelos de vidas y haciendas.
Mientras tanto, la inseguridad, si bien es el tema central de la vida diaria de los mexiquenses, casi estuvo ausente de las campañas.
Esperemos que en los planes de gobierno, el tema tome la relevancia que necesita.
Martha González Aguilera