Ceremonia
No cabe duda que este año la política se llevará todos los reflectores, para muestra, la presencia del ex gobernador Alfredo del Mazo en la ceremonia luctuosa de su padre.
Luego del desenlace de su administración y la forma en la que se está transformando la política mexiquense, resultó sorpresivo verlo sentado en la mesa principal, en medio de los invitados del gabinete morenista.
En frente, en primera fila, los exgobernadores Arturo Montiel Rojas, César Camacho Quiroz y Eruviel Avila, ahora ya con la camiseta de otro color y presumiendo mucho el apoyo a Claudia Sheinbaum.
No cabe duda que los tiempos están cambiando y quien sabe hacia donde nos empujarán, pero lo único claro es que ya nada será igual.
Los ex gobernadores son disciplinados y si los invitan, la lógica política dicta, hay que ir. Lo mismo hay que decir de Del Mazo y su familia, sería una descortesía tremenda no acudir.
Lo interesante es, ¿qué necesidad de invitarlos a la ceremonia y en ella dedicar el discurso a la civilidad política pre electoral?
Lo cierto es que Morena no ha conseguido la unidad que uno esperaría en torno a la gobernadora, hay muchos cabos sueltos.
Que si el GAP se desmorona, que si Mexiquenses de Corazón le alcanza a Higinio Martínez para dar la batalla, que si Horacio Duarte logrará imponer su voluntad y empezar a armar un verdadero grupo político o será la gobernadora la que palomear las listas. Pronto lo veremos.
Mientras, ¿Alfredo del Mazo tendrá alguna ingerencia del otro lado? También lo veremos y pronto.
Por cierto, la lideresa del PRI mexiquense, rindió ayer protesta como consejera nacional del PRI de “Alito”.
¿Guerra o campañas?
Mientras tanto, en unos meses empezarán las campañas en el Estado de México y, con ellas, la verdadera guerra.
Hasta ahora, pareciera que la gran batalla estará entre los dos bloques encabezados por Morena y el PRI, aderezada por Movimiento Ciudadano.
Deberán los equipos estar preparados para la madre de todas las batallas y seguramente hay muchas sorpresas por venir.
Se prevén traiciones a gran escala, y cambios de bandera por debajo del agua, de ambos lados, ya los hemos visto en las semanas recientes. Va a ser una campaña intensa y una batalla campal, porque ahora sí cada voto cuenta.
Veremos si las y los candidatos consiguen quedarse al margen de toda esta mala política y se enfocan en las propuestas.
El Estado de México tiene muchos y muy diversos problemas, así como oportunidades. De eso queremos escuchar, cómo utilizar lo bueno para vencer lo malo.
Los mexiquenses no queremos una guerra de insultos, dimes y diretes y discursos huecos. Queremos una campaña de altura, con propuestas claras, propuestas de solución y, sobre todo, buenas ideas.