Rumbo a las elecciones
En las tres elecciones anteriores a la presidencial en que ganó Andrés Manuel López Obrador no se había logrado un nivel tan alto de participación y después tampoco se ha conseguido.
Entonces festejamos con entusiasmo el avance en la votación, pues implicaba que esa vez ganamos contra el principal enemigo de la democracia: el abstencionismo. Pero fue efímero.
Es este el principal problema que aqueja al sistema político mexicano, pues los ciudadanos se contentan con hacerse a un lado y los partidos toman decisiones sin considerar el interés general, todos, sin excepción, pues lo que buscan es el poder, no el bienestar social.
En los procesos electorales es muy claro que las campañas no llaman la atención de los ciudadanos, al menos no logran atrapar a más votantes de los que ya tenían considerados de su lado antes de empezar.
El orden que los resultados de las encuestas muestran al inicio de las campañas permanece igual hasta el final.
El avance de Morena se debió en buena medida al efecto López Obrador, lo interesante será ver qué pasa con Morena cuando él se vaya..
En todo caso, los partidos políticos tienen que revisar muy bien los resultados de los procesos anteriores para tratar de entender qué deben hacer en el futuro y qué no.
Ya es momento de que encuentren nuevas formas de hacer política. Acercarse a la sociedad y escucharla sería un buen inicio.
Pendientes
Las administraciones municipales que están por concluir tuvieron la oportunidad de fortalecer su trabajo en materia de combate a la violencia contra las mujeres, gracias a los recursos que les destinaron a través de las alertas de género y no todas lo aprovecharon.
Se requiere de mayor esfuerzo por parte de los municipios para atender este problema, que es una triste realidad en el Estado de México y en muchos casos termina en feminicidios, pero hay otras repercusiones que son también graves que no refleja la estadística, como mujeres que no consiguen un desarrollo, libertad ni mucho menos felicidad, hijos que crecen en un ambiente hostil y reproducen el patrón.
Las mujeres tienen el mismo derecho que los hombres de aspirar a una vida plena, feliz, productiva y libre, mientras que todos los gobiernos tienen la obligación de proteger esas garantías y en muchos sentidos, en el Estado de México, eso falla. Esa es la realidad.
Esperemos que las cifras que muestran una baja en feminicidios en nuestra entidad no lleven al gobierno estatal a bajar la guardia y disminuir las medidas, porque justo esa pequeña reducción en feminicidios se debe a todo lo que se ha hecho desde el punto de vista institucional.
Martha González Aguilera