Pendientes
En los meses recientes hemos vivido en buena parte del estado, incluyendo Toluca con bastante caos, un grave problema por la falta de agua.
Sin embargo, este tema no es nuevo, por el contrario, hace más de una década empezamos a resentir la disminución de este recurso y la sequía tampoco es nueva. Nada hicimos para prepararnos para enfrentar ese grave problema y hoy tratamos de resolver lo mínimo en medio del caos.
Como ese, tenemos muchos otros problemas que resolver y hemos postergado. Uno de ellos es el de la basura.
Hace ya 20 años que empezamos en esta región a discutir acerca de qué hacer con nuestros desechos, luego del cierre del socavón de Metepec, que ya no tenía espacio y nunca tuvo condiciones adecuadas para el tratamiento de la basura.
Así las cosas, desde entonces esta región dejó de tener un sitio para disposición final de los desechos y nunca pudieron ponerse de acuerdo autoridades municipales y estatales para construir un proyecto común.
Algunos alcaldes lo intentaron, pero luego los intereses políticos de los adversarios (a veces de un partido, a veces de otro) frenaban todo intento, hasta que nadie más trató.
Luego, ante la necesidad no cubierta por medios oficiales, surgieron como hongos rellenos sanitarios irregulares y tiraderos clandestinos que sustituyeron a los regulares que tenían costos altísimos.
Entonces sí que empezó el verdadero problema que todos hemos soslayado, básicamente por comodidad y porque los asuntos políticos no dejan de ser un tema fundamental, cada trienio, cada sexenio y cada vez más.
Estaría interesante que cada municipio se viera obligado a tener su propio sirio. Al principio sería un problema, pero después valdría la pena.
Es una medida cara, insuficiente, a corto plazo, pero la otra alternativa es trabajar en serio en la separación de residuos, programas destinados a la disminución de la generación de basura y el reciclaje, pero eso no es popular, así que no tiene futuro.
Para que este tema encuentre una solución lo que hace falta es voluntad política y eso, en estos tiempos, escasea y se encarece.
Martha González Aguilera