Segundo acto: La Intercampaña
El proceso electoral del Estado de México sigue su curso. El pasado domingo 12 de febrero terminó la primera etapa: las precampañas. Mas allá de la guerra de declaraciones entre ambas precandidatas por creerse vencedoras, lo cierto es que ambas ganaron -al menos- su proceso interno y se convertirán, cada una, en precandidata electa de su partido y coalición.
¿Gana la ciudadanía mexiquense? Si bien es cierto las precampañas pretendían obtener respaldos partidistas para obtener la postulación de las candidaturas, éstas se convirtieron -de facto- en campañas electorales; lo cual, ha generado confusión entre la población… para muchas y muchos mexiquenses no es del todo claro que la campaña electoral aún no comienza y menos aún qué seguirá tras el final de las precampañas.
Del 13 de febrero y hasta el 2 de abril viviremos el segundo acto del proceso: la intercampaña. De acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), esta etapa no puede, ni debe, implicar un tiempo de competencia electoral; se trata de un periodo de preparación de las fuerzas políticas antes del inicio formal de las campañas electorales.
¿A qué nos enfrentaremos las próximas semanas? Lo más importante es entender que en este lapso estaremos libres de actos de proselitismo; es decir, de ningún modo -ninguna fuerza política o precandidatura- podría pedir nuestro voto, expresa o tácitamente. Violar esta prohibición conduciría a negar el registro de quien la infrinja.
Esta prohibición encuentra matices normativos. Es casi un hecho que en el estado seguiremos observando propaganda de los partidos políticos encaminada a posicionar su “marca” electoral, cuestión posible y permitida en la legislación de la materia. No sería raro encontrar campañas publicitarias (en espectaculares y otros tantos medios) con expresiones de unidad o de transformación.
Para bien de nuestra democracia, la libertad de expresión y prensa no se ven limitadas. Los medios de comunicación podrán realizar, difundir y publicitar toda clase de entrevistas encaminadas a proporcionar información a la ciudadanía sobre el proceso y sobre las precandidaturas, eso sí, sin posicionar propuestas de campaña.
Se trata, en términos de información, del momento más útil dentro del proceso electoral: las precandidatas electas y los partidos políticos deberán ser cuidadosos de no ofrecer propuestas de campaña (siempre soñadoras) y por el contrario deberán -en caso de atender la invitación de los medios de comunicación- de sorprendernos con contenidos mejor pensados.
La intercampaña es la oportunidad para que la ciudadanía pueda conocer -sin tanta contaminación electoral- a las precandidatas electas; serán siempre muy interesantes las invitaciones que se hagan a universidades, cámaras empresariales o espacios ciudadanos en donde cada una de ellas pueda mostrar conocimiento y empatía sobre causas y preocupaciones sociales, que no -o al menos no aún- electorales.
Es un periodo donde las prohibiciones hacen que los partidos políticos y las precandidatas deban estar alerta, un paso en falso podría conducirles a la negativa del registro como candidatas. Al mismo tiempo, la necesidad de seguir presentes en el espacio público hace de este segundo acto algo interesante: invita a crear contenidos mejor pensados y precandidatas más cercanas a la ciudadanía ¿aprovechará cada una de ellas esta oportunidad? ¿tendremos precandidatas cuidadosas pero ciudadanizadas o políticamente correctas pero atemorizadas?
En el inicio de este segundo acto vale la pena recordar que, aunque la elección se ve lejana (4 de junio) lo que está en juego es el futuro de nuestra entidad, la información y decisiones del presente determinarán el rumbo de nuestros próximos 6 años.
Por: Fernando Roberto Zúñiga Tapia
Twitter: @ZuFerTapia