La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) resolvió, por mayoría de votos, modificar la convocatoria para la selección de las consejerías del Instituto Nacional Electoral (INE), obligando que la quinteta de aspirantes para integrar la presidencia de dicho Instituto se conforme únicamente por mujeres. La próxima presidenta del Consejo General del INE será una mujer.
El cambio es histórico, relevante y trascendente. Es histórico pues rompe una inercia de desigualdad estructural con datos abrumadores: 12 presidencias de hombres y sólo 2, además provisionales, de mujeres desde la creación del Instituto Federal Electoral (IFE). La decisión corrige en lo inmediato, pero el destino final sigue pendiente.
Es relevante, porque el principio constitucional de “paridad total” debe transformarse en realidades concretas; el Estado mexicano, en todos sus niveles y órganos, debe garantizar las condiciones necesarias para que las mujeres puedan acceder a cargos públicos de toma de decisión; esto es una reivindicación ganada a pulso por ellas.
Es trascendente, pues el objetivo último de esta sentencia significa que las mujeres mejoren sus condiciones de participación en la toma de decisiones públicas -a nivel nacional- y que formen parte activa del proyecto de nación al que aspira nuestra Constitución.
¿Cómo esto implica un beneficio para ellas y para toda la sociedad? Si las mujeres ocupan espacios de decisión será más fácil quitarnos del imaginario colectivo el rol dominante de que somos los hombres quienes debemos o podemos ocupar dichos espacios, incentiva una realidad: las mujeres en posiciones de poder.
En la práctica, desde dichas posiciones, son las mujeres quienes desde sus perspectivas, vivencias y experiencias ofrecen soluciones y rutas de cambio; quién mejor que ellas para modificar los espacios y las reglas que en su momento dificultaron su llegada.
Las mujeres realizan cambios en beneficio de la igualdad sustantiva; para muestra un botón: la elección de la Ministra Piña como presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha potencializado que más mujeres ocupen posiciones relevantes; se está construyendo una visión transversal en beneficio de la paridad de género en el Poder Judicial.
La sociedad gana cuando las mujeres aportan su talento, sus conocimientos y sus propuestas para generar condiciones de igualdad en el espacio público; se trata de romper estereotipos y de que sean ellas -como grupo históricamente vulnerado- quienes tracen el rumbo por seguir para alcanzar condiciones de igualdad sustantiva.
Defender la democracia implica mucho más que discursos polarizantes; requiere estar conscientes de que los sistemas electorales son perfectibles, nunca perfectos. El Tribunal Electoral ha ejemplificado que los momentos de crisis pueden convertirse en oportunidades para consolidar cambios trascendentes y necesarios.
El INE se encuentra ante uno de estos momentos; pocos cuestionan sus avances, pero muchos cuestionan sus costos, se denuncian privilegios y un ánimo de creerse poseedores de la verdad en materia electoral ¿será capaz de emprender una transformación en beneficio de la ciudadanía y del sistema democrático? El primer paso será elegir correctamente a quienes guíen el destino -de cambio- de este Instituto, sin azares y con responsabilidad. Se requiere una renovación crítica y con enfoque práctico, que el Instituto actúe más y teorice menos.
Por: Fernando Roberto Zúñiga Tapia
Twitter: @ZuFerTapia