¿Dónde estamos en 2023?
“Me declaro en contra de todo poder cimentado en prejuicios, aunque sean antiguos”
Mary Wollstonecraft
Hace un año escribía por primera vez en este espacio, era obligado -por fecha y convicción- realizar una reflexión sobre la paridad en el espacio político y público, en aquel entonces la describí como destino, a un año de ese texto vale la pena preguntarse ¿dónde estamos?
Citando a Nuria Varela: “La paridad no es el final del camino […] es el comienzo. Tan sólo consigue que las reglas del juego democrático sean más justas.” Dicho esto, resulta crucial entender que si bien es cierto en 2023 existen mejores condiciones de paridad en la esfera política y pública, ésta aún encuentra importantes áreas de oportunidad.
El primer triunfo de la paridad en este año se presentó el 2 de enero. La ministra Norma Piña se convirtió en la primera presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN); su elección rompió un techo de cristal y a un par de meses de dicho suceso ya se perciben cambios: más mujeres ocupan cargos de decisión en el poder judicial.
Los retos siguen presentes: construir una presidencia con sororidad (que el poder de la ministra presidenta se transforme en el poder de las juezas en beneficio de la sociedad), consolidar la perspectiva de género como parámetro indispensable en los y las juzgadoras (que las sentencias reivindiquen y corrijan las desigualdades estructurales en razón de género) y abrir brecha -a golpe de sentencia- para que la paridad se convierta en una realidad en el espacio público.
Un segundo triunfo en este tema tendrá lugar en la elección de la presidencia del Consejo General del INE la cual, según la última sentencia del Tribunal Electoral, deberá ser ocupada por una mujer. La oportunidad está en manos de la Cámara de Diputados -quienes acaten o no la sentencia- al nombrar a la mejor mujer (en términos de su perfil) estarían dando un paso adelante en temas de paridad. El nombramiento tendrá por desafío la apertura de más espacios de decisión en beneficio de las mujeres, la construcción de criterios de paridad sustantiva y la consolidación del principio de paridad en todo, desde cualquier espacio democrático.
Finalmente, en 2023 la paridad en el Estado de México tendrá un tercer triunfo, por primera vez en la historia mexiquense -y vaya que vamos tarde- una mujer gobernará nuestra entidad. El reto es transitar de lo formal a lo sustantivo, se trata de elegir -de entre las candidatas- a la mujer que represente la visión más incluyente, más paritaria y feminista. Tendremos que evaluar propuestas, trayectoria y compromisos. La competencia electoral nos presentará dos opciones (mujeres ambas) y deberá triunfar quien por mérito propio convenza al electorado, mujeres y hombres, de una entidad deseosa de superar múltiples problemas.
Con estos escenarios, por fortuna, la paridad sigue avanzando y aunque las metas no se han alcanzado aún, parece que estamos más cerca de la construcción de una sociedad con paridad en el espacio político y público. “La paridad no es el final del camino […] sino el comienzo…”
El paso siguiente consiste en que, alcanzados los espacios de toma de decisión en beneficio de ellas, las determinaciones asumidas se traduzcan en beneficio de todas: políticas públicas paritarias que fomenten oportunidades de desarrollo social, profesional y familiar; seguridad y justicia para ellas; educación y cultura al alcance de todas… son algunas de las exigencias pendientes ¿Avanzaremos más rápido este año? Por el bien de todos y todas, ojalá que sí.
Por: Fernando Roberto Zúñiga Tapia
Twitter: @ZuFerTapia