Las precampañas federales a la presidencia de la República: Boda, marcha por la esperanza y disrupción “fosfo fosfo”
De manera oficial, las precampañas del proceso electoral han iniciado; desde el 20 de noviembre de 2023 y hasta el 18 de enero de 2024, las precandidatas y el precandidato únicos buscarán el apoyo de “las y los suyos” para obtener la candidatura de sus respectivos partidos políticos y coaliciones.
Lo interesante es que se ha optado por la no competencia interna, al menos en este periodo. Los partidos políticos y sus coaliciones decidieron, salvo el caso de Movimiento Ciudadano, procesar sus diferencias y eliminar contrincantes en procesos internos que iniciaron antes del arranque oficial de las precampañas. ¿Garantía de unidad, “agandalle” político o pura motivación anticipada?
Lo cierto, es que la ciudadanía será expuesta, o al menos de forma más abierta, las propuestas de las precandidatas y el precandidato único que competirán por la Presidencia de la República; eso sí, con leyendas visuales y auditivas que no se cansarán de repetir que el mensaje va dirigido a militantes y simpatizantes de los partidos políticos ¿Nos estaremos acostumbrando a simular que la ley se respeta?
Otra variable por considerar es el comportamiento que tendrá el presidente de México en este proceso ¿insistirá en mantenerse en campaña -pese a las prohibiciones legales y sanciones de las autoridades electorales- u optará por un comportamiento menos protagónico de cara a su propia sucesión?
En la escena política, Claudia Sheinbaum adelantó la nota al presumir, desde el viernes anterior, fotos de su boda… el amor fue su punto de partida; Xóchitl Gálvez madrugó y encabezó la autodenominada “marcha por la esperanza” en Coyuya de Benítez, Guerrero… el reclamo de abandono en la tragedia y la crítica al gobierno fueron los puntos distintivos de su arranque; Samuel García calentó motores anunciando quién sería su coordinador de precampaña y campaña, mientras que Mariana Rodríguez (esposa de Samuel) hizo lo suyo y rompió la monotonía política con un video “fosfo fosfo”, donde presume estar lista -con todo y tenis- para iniciar esta aventura.
A unas cuantas horas de haber iniciado las precampañas, lo único que podría asegurarse es que las autoridades electorales tendrán mucho trabajo por hacer: la fiscalización de los recursos utilizados por cada precandidata y precandidato, así como su debido reporte; el mínimo respeto de los tiempos, permisiones y prohibiciones electorales por parte del actor y las actoras políticas en escena; la no intervención de servidores y recursos públicos en beneficio de precandidatura alguna… por mencionar algunos; ojalá que sus decisiones estén a la altura de la legalidad que exige este proceso.
Mención aparte merece la disrupción política que ha significado y significará la presencia permanente de Mariana Rodríguez, influencer que ha probado su efectividad comunicativa y el enorme aporte que realiza a las campañas de su esposo: Samuel García. El tema ya ha sido resuelto por la Sala Superior del Tribunal Electoral: lo que haga Mariana en beneficio de Samuel no podría, o al menos no en principio, contabilizarse como aportación sujeta de fiscalización; la cooperación entre cónyuges, base del vínculo matrimonial, no tiene por qué ser fiscalizable por la autoridad electoral… ¿será posible que el fenómeno regiomontano del “fosfo fosfo” nos de la sorpresa nacional?
Por: Fernando Roberto Zúñiga Tapia
Twitter: @ZuFerTapia