El aroma y color naranja que caracterizan a la flor de cempas�chil adornan desde ayer a los panteones de San Crist�bal Huichochitl�n, San Andr�s Cuexcontitl�n y San Pablo Autopan de Toluca, la tradici�n otom� se�ala que un mes antes del d�a de muertos hay que recordar a los difuntos m�s peque�os.
Es as� como el 28 y 29 de septiembre, las familias otom�es que habitan en estas comunidades arriban a los panteones, justo antes de las celebraciones a San Miguel Arc�ngel, quien salvaguarda las almas de las ni�as y ni�os que han fallecido.
Camilo Alc�ntara y su familia, habitantes San Andr�s Cuexcontitl�n, este a�o siguieron la tradici�n y llegaron al pante�n, con cempas�chil y flores de color blanco adornaron la tumba del hermano que muri� a los 3 a�os.
A esta le incluyeron copal e incienso, velas, veladoras, cirios, agua, flores, comida y pan, acto similar a la ofrenda del d�a de Muertos.
“En esta temporada no hacemos velaci�n, eso es hasta el d�a 2 de noviembre, pero adornamos las tumbas y ponemos ofrendas m�s peque�itas que las del D�a de Muertos para recordar a los ni�os de la familia que ya fallecieron”.
Al mismo sitio lleg� la se�ora Valentina, desde hace 30 a�os va en esta fecha a adornar la peque�a tumba de una de sus hijas que falleci� a los siete meses de edad. Con este acto, recuerda a su peque�a y le inculca a sus nietas que no hay que olvidar a los difuntos.
Detall� que la muerte de un ser querido es dolorosa, pero ellos ya descansan en paz. Por esa raz�n, mientras adorna la tumba pl�tica con su familiar, le cuenta c�mo les va su vida y lo mucho que se les extra�a. Y as� pasa con todos los que se han adelantado en el camino.
“Venir es recordar y a veces eso duele, pero venimos a adornar sus tumbas esperando que mis nietos hagan lo mismo cuando ya no est�, que sigan la tradici�n, ojal� que me recuerden”.
Relatos de los habitantes, indican que la costumbre es colocar un camino de p�talos de cempas�chil que van desde la calle hasta el lugar en el que colocan sus ofrendas, pues seg�n la tradici�n, el aroma emanado gu�a a las almas hasta la ofrenda que se les ha preparado con cari�o y gusto.
Laura Vel�squez