Para mujeres como Sara y Fabiola, realizar sus artesanías es ver forjados sus sueños en delicadas piezas tejidas con la originalidad de nunca ver un diseño parecido, pero también como un proyecto emprendedor que permite obtener ingresos trabajando desde casa, sobre todo por los retos de una sociedad que exige cambios constantes y en la que hay que sobrevivir.
Las manos creativas de estas artesanas no ceden ante el embate al que obliga la condición económica, sobre todo cuando se tiene una enfermedad, por ello insisten en promover sus tejidos y bordados en ferias, mercados y de casa en casa, ahí donde aprecian el valor de su trabajo. Dicen.
“Ser artesana es un orgullo, porque es una manera de emprender para emplearse, es un proyecto de vida que permite proveer a la familia, lo bueno del trabajo es la satisfacción de hacer cosas bellas y originales, ninguna pieza es similar a las marcas comerciales, siempre innovamos en los diseños. Afirma Sara.
Con más de 30 años de tejer y confeccionar, Sara de 60 años y Fabiola de 55, fueron desde el inicio adquiriendo la experiencia haciendo del gusto por tejer, su trabajo.
La habilidad de Sara Santos y Fabiola Ramos consiste en tejido y bordado a mano; Sara con un problema superado de cáncer en huesos, inicia con su amiga un proyecto basado en la necesidad de hacer algo más para salir adelante y empezaron confeccionando bolsa de mano con acabados interiores y exteriores, hasta ropa para todas las edades con toque singular, su inquietud también las hace perfeccionar su bordado aprendiendo de otros artesanos, ahora han aprendido a diseñar y confeccionar prendas.
Fabiola es contadora de profesión, pero el gusto por su trabajo manual le hace formar equipo con su amiga y apoyar en lo que ella denomina una rehabilitación para Sara, la intención es promover su producto para que en un futuro no muy lejano tengan una marca.La propuesta de hacer comerciales sus creaciones, nace de la puesta en marcha de puntos de venta establecidos en municipios del valle de México, iniciativa del gremio artesanal, pero sobre todo de la motivación que le contagian otras mujeres emprendedoras que han logrado sus objetivos, motivo por el que ahora ven una alternativa para vender más.
Acela Montaño