Cada vez vemos con mayor frecuencia un elevado crecimiento en las adicciones de ni�os, adolescentes y adultos en nuestro pa�s, derivado de la desintegraci�n del n�cleo familiar, la violencia intrafamiliar, la falta de oportunidades educativas y de empleo, y el ejemplo de adicciones de los propios padres, entre otras muchas circunstancias sociales.
M�xico se ha vuelto desde hace ya un tiempo, un pa�s de consumo y no de tr�nsito de todo tipo de drogas, donde es muy com�n que cualquier tipo de drogas y alcohol, pueda ser adquirida o consumida en lugares cercanos a las escuelas o centros recreativos para ni�os y j�venes.
Este elevado crecimiento en las adicciones, se ha vuelto un problema social, que tiene graves consecuencias en la salud y la seguridad de miles de familias, y donde el Estado se ha visto rebasado, al no contar con programas preventivos, de atenci�n, y de rehabilitaci�n permanentes y efectivos.
Asimismo, las personas con adicciones y sus familiares se enfrentan a un grave problema adicional para su rehabilitaci�n, toda vez que cuando acuden a buscar ayuda, se encuentran con muy pocas alternativas confiables para ser atendidos.
Existen lugares denominados �anexos� o �granjas� de internamiento que empezaron a proliferar en los a�os ochenta en M�xico, y donde son llevadas en contra de su voluntad personas adolescentes y mayores de edad, que padecen cualquier tipo de adicciones, lo cual atenta de inicio, contra sus derechos humanos, al ser �ste un acto ilegal.
El Consejo Nacional contra las Adicciones establece que existen en M�xico 1,730 centros de atenci�n o rehabilitaci�n para pacientes en internaci�n, de los cuales s�lo 450 cuentan con certificaci�n y 200 m�s est�n en proceso de certificaci�n.
Cifras que van en aumento, ya que aparecen todos los d�as, casas- habitaci�n, aperturadas como �centros de ayuda para las adicciones� por todos el territorio nacional, operando de manera clandestina, sin ning�n control ni autorizaci�n de funcionamiento por parte de la Secretaria de la Salud Federal y la Comisi�n Federal para la Protecci�n contra Riesgos Sanitarios� (Cofepris), que son las autoridades competentes para regular y verificar el funcionamiento de los centros de rehabilitaci�n de adicciones, conocidos como �anexos� o �granjas�
En estos Centros de Reclusi�n es muy com�n, que las personas sean privadas ilegalmente de la libertad, al tenerlos totalmente incomunicados, en condiciones de insalubridad e infrahumanas, resultando verdaderas c�rceles, centros de explotaci�n, de tortura, de esclavitud, de mutilaci�n, de abuso sexual, y en muchos casos, centros de adiestramiento y escondites para organizaciones delincuenciales, volvi�ndose los castigos y humillaciones sus m�todos de rehabilitaci�n.
Por ello, es importante reflexionar sobre la obligatoriedad que tienen las autoridades competentes de supervisar, controlar y en su caso clausurar, todo este tipo de lugares que operan en la clandestinidad denominados centros de rehabilitaci�n de adicciones, en virtud del grave da�o f�sico y emocional que hacen a las personas que acuden a los mismos buscando ayuda.
Casi nunca obtienen ning�n tipo de beneficio, lo que ocasiona que �incrementen sus adicciones y �su resentimiento social, neg�ndose a �aceptar nuevamente ayuda de personas y centros de rehabilitaci�n profesionales, lo cual tiene como consecuencia no lograr su verdadera reinserci�n social.
Cabe se�alar que estos centros de �ayuda�� p�blicos, privados o sociales, cobran cuotas mensuales a los desesperados familiares por los tratamientos -en muchos casos prolongados-, sin contar con� las instalaciones necesarias ni la infraestructura m�nima, los programas profesionales y adecuados, ni mucho menos, el �personal m�dico y/o especializado para atender a los pacientes.
Finalmente, es importante destacar que los Gobiernos emanados de todos los partidos pol�ticos, en los inicios de su administraci�n, o en las campa�as pol�ticas que realizan para llegar a los cargos p�blicos, prometen asumir compromisos para atender esta grave problem�tica social, destinando mayores presupuestos a la prevenci�n y atenci�n del mismo, compromisos que nunca se ven concretados ni medianamente atendidos.
@Cariitina Sa�nz