En el Mundo del Trabajo, de acuerdo a la Organizaci�n Internacional del Trabajo -OIT, 6 de cada 10 trabajadores� experimentaron o experimentan alguna situaci�n de violencia laboral, mientras que 3 de cada 10 dijeron padecerla en su actual trabajo.�
La violencia laboral es un riesgo psicosocial en el trabajo que provoca afectaciones a la salud de las y los trabajadores, tales como trastornos no org�nicos del ciclo sue�o vigilia, cefaleas tensionales, fatiga general, agotamiento emocional, irritabilidad, p�rdida de motivaci�n, mareos, problemas de concentraci�n y de memoria, entre otros.�
Estas afecciones de las y los trabajadores, son determinantes de enfermedades a largo plazo que derivan despu�s de los 50 a�os de edad, seg�n las estad�sticas internacionales, en enfermedades cr�nico-degenerativas que comprometen su calidad de vida, tales como hipertensi�n y problemas cardiovasculares, diabetes, problemas renales, entre muchas otras.�
Adem�s de ello, la p�rdida en productividad por parte de los centros de trabajo se traduce por causa de este riesgo psicosocial en un mayor ausentismo, presentismo, rotaci�n de personal, disminuci�n del sentido de pertenencia, y potenciales accidentes de trabajo, entre otros.�
Ahora bien, cuando hablamos espec�ficamente de acoso laboral nos referimos a toda conducta persistente y demostrable ejercida sobre el empleado o trabajador por parte del empleador, un jefe o superior jer�rquico inmediato o mediato, un compa�ero de trabajo, o un subalterno, encaminada a infundir miedo, intimidaci�n, terror y angustia, a causar perjuicio laboral, generar desmotivaci�n en el trabajo o inducir a la renuncia del mismo. Existe una condici�n en esta pr�ctica, y es justo la intencionalidad que existe en quien la ejerce.�
Las modalidades de acoso laboral pueden ser entre otras, a trav�s del maltrato abierto o encubierto, por ejemplo asignando excesivas cargas de trabajo o ampliando la jornada laboral, a trav�s del ejercicio de un liderazgo autoritario y negativo; mediante discriminaci�n por cualquier tipo, sexo, raza o creencias, entre muchas otras; entorpecimiento en el desempe�o de sus responsabilidades, excluy�ndolo de contar con informaci�n, o de asistir a reuniones estrat�gicas; por inequidad en el trato; desprotecci�n laboral o agresi�n sexual.�
En el acoso intervienen tres personajes, a saber: el “acosador”, casi siempre con caracter�sticas psicop�ticas, aunque con perfil mediocre que no soporta la competencia; el “acosado”, por lo regular, con actitud sobresaliente de �tica y responsabilidad, aunque comunmente con problemas de control emocional; y los “observadores”, que normalmente se mantienen a distancia sin participar en la problem�tica en forma directa.�
Tambi�n el acoso laboral puede ser de tipo “Descendente”, es decir de jefe a subordinados (58%); “Mixto”, es decir de jefe y otros miembros (29%); “Horizontal”, es decir entre compa�eros de trabajo (12%)� y “Acoso Ascendente” (1%), es decir de subordinados a jefe.�
Como observamos, el da�o es no s�lo para las y los trabajadores, sino tambi�n para los centros de trabajo por la afectaci�n a la productividad y para la sociedad en general, por el da�o que se genera al afectar a trabajadores con da�o psicol�gico, fisiol�gico, conductual y laboral. Por ello, su erradicaci�n es vital, ya que en el presente se cuentan con m�ltiples herramientas para ello.�
A manera de reflexi�n final, �qu� pasar�a si t� o un familiar tuyo sufriera este tipo de maltrato en su trabajo?.��
En cada una de nosotras y nosotros est� la respuesta.�
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Caritina Sa�nz�
@caritinasaenz�