Con una segunda movilización, alrededor de 100 pobladores del municipio de Valle de Bravo exigieron a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) implementar acciones de emergencia para evitar la desaparición de la presa, que actualmente por condiciones de sequía se mantiene a un 36 por ciento de su capacidad.
En su pronunciamiento, los vallesanos destacaron que además de la importancia de la presa para el abasto de agua potable para la Zona Metropolitana Del Valle de México, el lago es el principal atractivo turístico para el Pueblo Mágico, por lo que recobra relevancia económica.
Precisaron que desde la década de 1960 los pobladores de Valle de Bravo se han dedicado a la prestación de servicios turísticos, por lo que dependen directa o indirectamente de dicha práctica económica.
“La Comisión Nacional de Agua no ha entendido que, así como Tlanepantla, Naucalpan y Lerma viven de la industria y son importantes; Valle de Bravo vive del turismo generado alrededor del lago, y la vida, y el crecimiento económico del municipio es tan importante y valiosa como el resto de municipio”, destacaron.
Por ello, es que solicitaron al Organismo de Cuenca Balsas, a la Delegación Local Estado de México de la Conagua, que instalen mesas de trabajo con la ciudadanía del municipio, para que la CONAGUA comprenda que al igual que la Zona Metropolitana del Valle de México necesita agua para vivir; Valle de Bravo puede morir sin ella.
“Debemos conseguir un punto medio, no podemos dejar a la Metropolis sin agua, pero tampoco nosotros podemos vivir sin agua; debemos encontrar la manera de mantener la presa en un nivel de almacenamiento mínimo del 60 por ciento”, añadieron.
Factores negativos
Enlistaron que entre los factores que han llevado a la situación de almacenaje mínimo histórico, está la extracción de volúmenes de agua mayores a los flujos de entrada; el deterioro ambiental por los cambios de uso de suelo, disminución de la cobertura boscosa y pérdida vertical de suelo, etc; así como los desvíos ilegales de caudales aguas arriba en la cuenca.
Además, señalaron la apertura ilegal de pozos artesianos en la cuenca alta; la construcción ilegal de bordos de grandes dimensiones para uso recreativo particulares; y las variaciones en los patrones de lluvia debido al cambio climático.
Seguirán luchando
Los pobladores externaron que a mediados de 2010, externaron su preocupación pues la presa se encontraba al 50 por ciento de su capacidad total, y que pensaban que estaban en la peor época para la presa, pero actualmente está en una situación más grave, por lo que, aseguraron seguirán luchando y presionando a la autoridad del agua para evitar que del lago de Valle de Bravo sólo quede “un charco pestilente”.
*Hace un par de meses la Conagua redujo el caudal de extracción lo que permitió una mínima recuperación del nivel de la presa.
Areli Díaz