¡Somos el PRI y estamos aquí!
La jornada electoral terminó, resultando victoriosa la apatía e indiferencia traducida en el abstencionismo. Con una participación del 50% con respecto a la lista nominal, el 26% del electorado definió a quien dirigirá los próximos seis años el rumbo del Estado de México.
En una entidad con las dimensiones que tiene el territorio mexiquense, no debería ser el abstencionismo el gran ganador de los comicios electorales. Hoy el reto está en que los partidos políticos se reinventen, reencausen sus objetivos, se fijen nuevas luchas y estandartes y logren penetrar en el interés de la ciudadanía.
La ciudadanía en diversos momentos se ha expresado en defensa de las mujeres para el cese de la violencia feminicida, en pro de las instituciones, del respeto a la división de poderes, de la libertad de expresión y de diversas luchas por demás relevantes. Pero en un llamado, en tono de reflexión hacia todos aquellos que se abstienen de ejercer un derecho, les digo, que ninguna de esas manifestaciones sirve de fondo, si no participamos de manera activa e informada en los procesos electorales, porque así tendremos poco impacto en las políticas públicas y seguirán decidiendo por nosotros otras personas y el camino a seguir son los pasos ya marcados y anunciados, los cuales nos obligaron a manifestarnos y levantar la voz.
La política actual de nuestro país nos conmina no sólo a levantar la voz, sino a involucrarnos de manera activa, de fomentar el voto como una obligación cívica de gran envergadura. Nuestro sistema democrático nos llama a gritos, no sólo hay que prestar oídos, sino fortalecerlo y protegerlo.
Ale Del Moral, fue una candidata que movió conciencias, que unió parte de la sociedad civil organizada para luchar de frente por una causa, que tuvo altura de miras para hacer que la militancia partidista transcendiera más allá de una estructura de partido a una con rol ciudadano que hiciera comunidad, unida y que resolviera.
Del Moral logró sembrar amor, confianza, reconciliación y paz por su andar, demostró la manera en que las mujeres hacemos política. Y que ella iniciando más abajo en las preferencias, logró un incremento importante, construido a base de trabajo, perseverancia, tenacidad y un profundo y sincero amor por el “Sagrado Estado de México”.
Pero aún falta llegar más a la conciencia ciudadana, de introducir la importancia de la participación, el impacto y trascendencia para los habitantes del lugar que elige representación.
El PRI es como una familia, en la que quizás no nos tocó conocer a nuestros bisabuelos, ni a nuestros abuelos, pero en la cual hay nuevas generaciones que llevamos el apellido en el corazón y trabajamos en común por las causas sociales, la historia se escribe día con día, por lo que continuaremos en pie de lucha, cercanos a la gente y dando resultados. Esto lejos está de ser un fin, es el inicio del renacimiento del ave fénix.
Porque ¡somos el PRI y estamos aquí!
Dip. Gretel González Aguirre