La crisis del gobierno de L�pez Obrador es ahora de imagen, o mejor dicho de mala imagen.
Por eso llora e insiste en tratar de mover los sentimientos de sus seguidores, para volver a crecer en popularidad. No ser� tan f�cil esta vez.
En todo caso, no deber�amos olvidar los verdaderos problemas de fondo, los que enfrentemos en conjunto por sus malas decisiones.
La pobreza no deja de crecer, sin embargo, el gobierno de Andr�s Manuel L�pez Obrador le apuesta a la misma f�rmula que tanto critic�: programas clientelares.
El problema es que durante varias d�cadas se han invertido decenas de millones de pesos en programas asistenciales en todo el pa�s, con resultados magros, por decirlo de manera amable.
En cambio, en pol�ticas productivas, como las derivadas al campo, a las PyMES a la dotaci�n de servicios que atraigan la inversi�n o a la disminuci�n de tr�mites para la apertura de empresas parecen importar poco.
Pero al presidente L�pez Obrador lo que menos le importa es el crecimiento del pa�s.
Por desgracia, decenas de programas que estaban destinados a la promoci�n de micro y peque�as empresas, a la investigaci�n, a la promoci�n de inversiones, al apoyo a emprendedoras y emprendedores, al turismo e incluso al campo, se fueron por la borda para apoyar los proyectos de lucimiento del nuevo sexenio.
Mientras, la tan famosa austeridad y el combate a la corrupci�n fueron las grandes promesas de campa�a del presidente Andr�s Manuel L�pez Obrador para resolver la problem�tica social de este pa�s tan lastimado por d�cadas de olvido y que apost� a un gobierno de izquierda con la esperanza de recibir respuesta a sus anhelos de mejorar las condiciones de vida de millones de mexicanos en pobreza desde hace generaciones y, al final, lo �nico que ha obtenido es pan y circo.
Cuando a�n estamos en riesgo por la cuarta ola de Coronavirus, con la crisis por la pandemia a�n vigente, con millones de mexicanos sin ingresos ni empleo, el presidente le dedica la mayor parte del presupuesto de este a�o a sus grandes proyectos.