Resulta innegable la importancia que la educación tiene para un país como México con oportunidades de desarrollo y crecimiento para el beneficio de toda su población, sin embargo, algunos esfuerzos han sido aislados o no han entregado los resultados esperados.
El Banco Mundial es una de las instituciones que fomenta la educación para todas y todos; ya que, considera que la educación es un derecho humano, así como un importante motor de desarrollo y uno de los instrumentos más eficaces para reducir la pobreza, mejorar la salud, y lograr la igualdad de género, la paz y la estabilidad.
En otras palabras, a partir de la educación se promueve un desarrollo integral de todas las personas que se enfocan en incrementar sus conocimientos y ampliar su nivel de estudios, ya que, con base a un estudio del propio Banco Mundial, a nivel global, los ingresos por hora aumentan un 9 por ciento por cada año adicional de escolarización.
Sin embargo, además de la importancia que tiene incrementar el grado de escolaridad entre las y los mexicanos, resulta vital enfocarnos en la salud de nuestros estudiantes. De acuerdo, con una investigación de “Mexicanos primero”, las emociones de niños y niñas afectan sus aprendizajes; los estudiantes que confiesan estar tristes siempre tienen peores niveles de lectura y matemáticas en comparación con quienes dicen estar tristes de vez en cuando.
Los resultados de esta investigación encontraron que los promedios de lectura en los niños y niñas de entre 10 a 15 años que están tristes algunas veces son de 77.95%, disminuyen a 68.91% cuando están tristes muchas veces y caen hasta el 57.7% cuando están tristes todo el tiempo. Más aún, el 12 por ciento de los estudiantes experimenta una percepción de soledad, un componente de una dimensión llamada anhedonia, que es la incapacidad para disfrutar la vida.
Finalmente, alrededor del 27 por ciento de los niños, niñas y adolescentes señaló que las cosas le preocupan siempre o muchas veces. Ante estas frías estadísticas, los especialistas han recomendado atender de manera integral esta situación, y no sólo, hacer mención de la problemática.
En una entidad como el Estado de México, con la mayor matrícula escolar de todo el país, la probabilidad de que esta situación se replique dentro de nuestras aulas y planteles es latente; por lo que detectar y atender esta problemática debe ser una prioridad para la sociedad y las autoridades.
En conjunto, podemos generar estrategias y opciones que fomenten el desarrollo intelectual de las y los estudiantes en un ambiente apto y saludable. De esta manera podremos atender un tema de salud que puede repercutir de manera negativa en los años venideros.
En los salones de clases se instruyen y forman los futuros profesionistas del país, por lo que debemos asegurarles su desarrollo integral a partir de políticas públicas que además de promover la inversión en el sistema educativo generen ambientes saludables para alumnos, personal académico y administrativo.
Los aprendizajes son importantes, pero contar con personas preparadas, pero sobre todo saludables será el indicativo de que vamos por la ruta correcta hacia el desarrollo.
H Grupo Editorial