Antonio Espinoza
�Es posible que un criminal (asesino, ratero, secuestrador, violador o todo junto) tenga sentimientos amorosos hacia sus seres queridos y se los exprese? Claro que s�. Muchos criminales tienen esa doble cara: el odio homicida que dirigen a sus enemigos y a todos los que tienen la desgracia de cruzarse en su camino (incluyendo gente inocente), y el amor que pueden sentir por sus madres, sus mujeres y sus hijos. Por eso creo que lo que dice Emma Coronel sobre el Chapo, el padre de sus hijas, puede ser cierto. Anabel Hern�ndez reproduce en el libro varios pasajes de las entrevistas con Emma, en las que la esposa del capo afirma invariablemente lo amoroso y educado que siempre fue con ella y con sus hijas. Es la otra cara del criminal despiadado. Lo que no puede creerse es que no estuviera al tanto de las actividades delictivas de su marido, pues ella misma fue su c�mplice. Dice Anabel: �La historia de Emma no es una historia individual, se sit�a en una historia colectiva de mujeres de todas las clases sociales: novias, esposas, amantes y damas de compa��a que antes, durante y despu�s del reinado de Emma I han utilizado sus atributos naturales o artificiales para convertirse en r�moras del mundo del narcotr�fico. Son corrompidas y corrompen. Son v�ctimas y victimarias. Son exprimidas y exprimen� (p. 44).
Por las p�ginas del libro, en sus diez cap�tulos, Anabel Hern�ndez nos presenta esta �historia colectiva� de mujeres de distintos sectores sociales y perfiles. Todas estas historias se insertan en la vida criminal de los narcotraficantes, de quienes la autora nos ofrece numerosos datos, unos tomados de su libro: Los se�ores del narco y otros de investigaciones m�s recientes. Dedica todo un cap�tulo a las mujeres de Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto, uno de los jefes del tristemente c�lebre C�rtel de Guadalajara, junto con Rafael Caro Quintero y Miguel �ngel F�lix Gallardo, todos detenidos por el homicidio del agente de la DEA Enrique Camarena en 1985. Aqu� se documenta no s�lo la alianza de Don Neto y los otros capos mexicanos con Pablo Escobar Gaviria y los otros jefes del C�rtel de Medell�n, quienes eran asiduos invitados a las fiestas del c�rtel mexicano, sino tambi�n sus conexiones criminales con las altas esferas del poder, con Enrique �lvarez del Castillo (gobernador de Jalisco), Rub�n Zuno Arce (cu�ado del expresidente Luis Echeverr�a), Javier Garc�a Paniagua (l�der nacional del PRI), los presidentes Jos� L�pez Portillo y Miguel de la Madrid, y quien fuera secretario de Gobernaci�n de este �ltimo, Manuel Bartlett D�az.
Don Neto tuvo muchas mujeres, con las que procre� al menos 15 hijos. Sostuvo relaciones tambi�n con dos actrices y cantantes muy famosas en aquella d�cada: Marcela Rubiales y Zoyla Flor. Rafael Caro Quintero tambi�n era mujeriego, tuvo varias mujeres adem�s de su esposa, entre ellas Sara Cos�o, la joven con la que huy� a Costa Rica cuando estall� el caso Camarena. Su relaci�n m�s intensa fue con Diana Espinoza Aguilar, conocida como la Diva, quien antes hab�a sido pareja del narcotraficante colombiano Ever ViIllafa�e. En un cap�tulo imperdible, Anabel Hern�ndez nos cuenta la historia de Diana: su relaci�n con ViIllafa�e, su estancia en la c�rcel, su historia de amor con Caro Quintero y el hijo que procre� con el capo. Hace lo propio con Priscilla Montemayor, la Ni�a, esposa de Edgar Valdez Villarreal, el narcotraficante conocido como la Barbie, quien era el brazo derecho de Arturo Beltr�n Leyva. A la Ni�a le dedica el cap�tulo 5 y a la Barbie el 6.
En realidad, en estos dos cap�tulos el protagonista central es Edgar Valdez Villarreal. Asesino, eg�latra, traficante de coca�na, cuya carrera delictiva inici� muy joven en Estados Unidos, la Barbie fue miembro del C�rtel de los Beltr�n Leyva y enemigo a muerte del C�rtel del Golfo y su brazo armado, los Zetas. Anabel Hern�ndez nos cuenta a detalle su vida criminal: sus relaciones con pol�ticos y gente del mundo del espect�culo, su cooperaci�n con el gobierno norteamericano, su traici�n a Arturo Beltr�n Leyva y finalmente su condena a 49 a�os, que cumple actualmente en una c�rcel de Florida. Aqu� documenta la carrera criminal de Carlos Montemayor, el pap� de Priscilla y socio de la Barbie, quien tambi�n est� preso en Estados Unidos. En este cruce de vidas criminales, la figura de Priscilla parece insignificante. Si bien sab�a a lo que se dedicaban su pap� y su marido, viv�a en un �mundo de fantas�a�; amaba a su marido, pero era constantemente violentada por �l. Su �cuento de hadas� concluy� cuando la Barbie se relacion� con la actriz Arleth Ter�n.
Antes de que se rompiera la alianza del C�rtel de Sinaloa con el C�rtel de los Beltr�n Leyva y el C�rtel de Ju�rez, a principios de 2008, todos los delincuentes eran protegidos por la Secretar�a Seguridad P�blica, encabezada por Genaro Garc�a Luna. En el caso de la Barbie y los Beltr�n Leyva, recib�an tambi�n protecci�n de pol�ticos locales, como F�lix Salgado Macedonio, alcalde de Acapulco entre 2005 y 2008. Y es que el mundo del narcotr�fico es tan seductor, que no s�lo pol�ticos y funcionarios p�blicos han ca�do en sus garras: varias luminarias del mundo del espect�culo han sucumbido tambi�n a ese poder. Anabel Hern�ndez se�ala a varios famosos de la far�ndula involucrados con el narcotr�fico como Andr�s Garc�a, Joan Sebastian y Sergio Mayer. Este �ltimo, actor, integrante en los a�os noventa del grupo Garibaldi y diputado por MORENA en la LXIV legislatura, fue amigo durante a�os de la Barbie. Era asiduo asistente a las fiestas del capo y de otros jefes del C�rtel de los Beltr�n Leyva. Iba siempre acompa�ado de su esposa, Issabela Camil, quien se llevaba muy bien con Priscilla.
La historia de Do�a Blanca (cap. 3) y de Lucero (cap. 9) son fascinantes, pero la parte del libro de Anabel Hern�ndez que m�s pol�mica ha provocado es aquella en la que documenta la relaci�n de mujeres famosas de la far�ndula con el narcotr�fico. Una de ellas, Alicia Machado, la Miss Universo venezolana, quien se relacion� sentimentalmente y tuvo una hija con Gerardo �lvarez V�zquez, el Indio, enlace de los Beltr�n Leyva con Centro y Sudam�rica. Las otras dos, Ninel Conde y Galilea Montijo, quienes en distintos momentos se involucraron con Arturo Beltr�n Leyva. De la primera, conocida como el Bomb�n Asesino, Anabel nos ofrece abundante informaci�n sobre su relaci�n con el narcotr�fico y las investigaciones en su contra por defraudaci�n fiscal y lavado de dinero (tanto Ninel como Galilea han reaccionado a las acusaciones de la periodista y han declarado su intenci�n de demandarla). En el �ltimo cap�tulo, la autora retoma el tema de Emma Coronel y el Chapo Guzm�n para redondear y culminar su discurso. Nos cuenta la �ltima fuga del Chapo, su reuni�n con Kate del Castillo y Sean Penn, su detenci�n, su extradici�n a Estados Unidos, su juicio y su condena. Y en cuanto a Emma: su entrega pactada al gobierno de Estados Unidos y su confesi�n de que siempre supo que su esposo era un delincuente, convirti�ndose as� en �la primera dama del narco que desafi� a la organizaci�n de tr�fico de drogas m�s importante del mundo�, el C�rtel de Sinaloa (p. 293).