A pesar de que todos los sectores de la sociedad llamamos a campañas limpias, sin guerra sucia, sin ataques ni descalificaciones, parece que es lo que priva.
Lo que pedimos los ciudadanos en una contienda de ideas, propuestas y argumentos.
Eso de enfocarse en lo que dijo la otra, las descalificaciones y los señalamientos, no lleva a gran cosa.
Al final, para millones de ciudadanos comunes, de los que no consumen noticias, las campañas han pasado de noche.
Por eso, es imprescindible difundir el debate, aportar a ese tiempo en televisión para dejar huella. Ojalá ahí no se dediquen a denostar.
Sustitutos
Por cierto de campañas poco constructivas, resulta que en Morena parecen decididos a mantener por completo aislada a la candidata.
Resulta que su estrategia incluye enviar a un grupo de “voceros” morenistas a atender las solicitudes de entrevista a Delfina Gómez.
Entre quienes hablarían por ella están personajes locales que poco o nada tiene que ver con su forma de ser, o de expresar, como Azucena Cisneros, Martha Guerrero o de plano Horacio Duarte.
Peor aún, gente que ni conoce ni tiene que ver con el Estado de México, como Citlalli Hernández, secretaria general de Morena, Andrea Chávez Treviño, secretaria nacional de comunicación de su partido.
Nadie duda que pudiera resultar interesante una entrevista con algunos de esos personajes, pero desde luego nunca podrían sustituir a Delfina Gómez.
Apenas están en campaña y ya sienten que pueden hablar por Delfina Gómez y responder en su nombre a una entrevista. ¿Imagínese si ganan? Ya se vieron, mandando desde Palacio de Gobierno.
Siembran diputados desastre urbano
El Estado de México es un motor económico a nivel nacional, esto lo lleva a ser una de las entidades que reciben más personas de otras partes de la República, se habla de aproximadamente 100 mil mexicanos que anualmente se asientan aquí, lo cual crea un crecimiento demográfico que rebasa la media nacional.
Además, hay que sumarle el crecimiento demográfico natural propio.
Este crecimiento, requiere servicios que crezcan al ritmo de la población, para atender sus necesidades, vías de comunicación, hospitales, escuelas, servicios públicos, mismos que están considerados en el Plan Estatal de Desarrollo Urbano.
Ya hemos visto que la planeación urbana no es el fuerte de los municipios, ni su principal preocupación a la hora de otorgar permisos. El Valle de México con su crecimiento descomunal y desordenado a partir de mediados de los 80 es una muestra clara de lo que los ayuntamientos pueden hacer de tener esa responsabilidad en sus manos.
Baste saber que actualmente más del 80 por ciento de los municipios no cuentan con planes de desarrollo actualizados y en muchos de ellos los conjuntos urbanos son un desastre. ¿Ejemplos? Colinas del Sol en Almoloya de Juárez, es esclarecedor.
Pero también Héroes de Tecámac, en todas sus versiones o Lomas de Cuautitlán. Vaya, el Estado de México está entre los deshonrosos primeros lugares de viviendas abandonadas gracias a este tipo de desarrollos que terminaron en pesadilla para todos.
Tendríamos que avanzar hacia un mayor orden y no al revés.