Malas cifras
Durante este sexenio, la delincuencia campea por todo el país. En algunas ciudades y estados más que en otros, pero casi todo México está con angustia viendo como este tipo de grupos se apodera de territorios completos ante la incapacidad del gobierno federal de dar una respuesta contundente.
Además de esa violencia, en todos los estados, también en mayor o menor medida, se desató la delincuencia común y si en lo otro el gobierno federal se quedó corto, en esto algunos gobiernos locales se vieron muy rebasados, tanto que parecían estar desaparecidos.
Así, el robo, en todas sus modalidades, el secuestro y la extorsión se volvieron el pan nuestro de cada día para buena parte de los mexicanos, en especial en regiones en donde ya de por si las autoridades locales no ponían mucha atención.
Como resultado, la gente está harta, asustada, desesperada y, en especial, vulnerable, muy vulnerable. Esa es la peor combinación posible.
En este contexto, está claro que son las autoridades locales las que deben hacer frente y no tienen pretexto válido para la situación en la que tienen viviendo a los ciudadanos.
Es ya una constante saber del hartazgo de la gente, que por todos lados decide tomar el asunto en sus manos, ante la indiferencia o incapacidad de sus gobernantes, en lo estatal y municipal. Tequixquiac fue el ejemplo el fin de semana.
En el estado de México, son varios los municipios en los que se ven mantas o bardas pintadas por los ciudadanos donde advierten que si atrapan a un delincuente lo lincharán.
Quien sabe si solo es percepción, dado que las estadísticas empiezan a dar muestras de mejoría en el combate de algunos delitos, pero aún no hay resultados contundentes y significativos, esperemos que el nuevo gobierno lo consiga pronto.
Tiempo de avanzar
El momento que vive hoy el SMSEM es interesante, después de la visita que recibieron de la gobernadora Delfina Gómez Álvarez en su reunión anterior, lo que fortaleció los lazos entre el magisterio mexiquenses y creó un ambiente de equipo.
Deberían aprovechar el impulso y poner en orden la organización estatal más numerosa del país.
Hay que recordar que aproximadamente hace unos 20 años que no hacen cambios reales ni profundos y seguro las estructuras en esos años requieren modificaciones, así como los beneficios deben ser revisados, ya no alcanzan en estos tiempos.
En 5 mil maestros, que son los delegados, está la decisión de poner al día a la organización o seguir en lo mismo.
Martha González Aguilera