Con los pies en la tierra
Los partidos políticos ya se preparan rumbo a la elección del año que viene, donde se renovarán alcaldías y diputados.
La mayoría de los líderes partidistas coinciden en que estarán dispuestos a la posibilidad de alianzas, pero también en que deben analizar sus opciones.
Lo cierto es que tienen las puertas abiertas para recibir a todo el que comparta su visión política, que en realidad se refieren al simple deseo de ganar, a costa de lo que sea, que al final de cuentas es el objetivo principal de cualquier fuerza política, pero mientras tanto, cada quien presiona como puede para obtener el mayor beneficio político. Es decir, vender caro su amor.
Sin embargo, llama la atención que no están muy concentrados que digamos en la construcción de cuadros propios que ayuden a dar continuidad a sus ideales originales o que reconstruyan desde los cimientos sus partidos. Por ese camino, no habrá renovación y terminarán dando vueltas en el mismo círculo vicioso. Cuántos años más puede durar la técnica del reciclado de candidatos y la presión para obtener beneficios.
Lo cierto es que al PAN, por más que trate de inflar números y señalar la paja en el ojo ajeno, no le alcanza para dar la batalla por sí mismo, ni en los municipios que hoy gobierna.
Ya del PRD ni hablamos, aunque ayer anunció que va solo, sabemos que así nada más concretaría su desaparición del mapa político estatal.
Así las cosas, más vale que los liderazgos pongan los pies en la tierra y empiecen a enfrentar su dura realidad. Hoy no hay tiempo para estrategias vacías.
Intereses obscuros
Otra coincidencia interesante entre los líderes de partidos políticos es la preocupación por la presencia del narco como amenaza para la paz del proceso electoral.
Es bien sabido que en el sur mexiquense los grupos de la delincuencia organizada no sólo están presentes, sino que dominan buena parte de la vida pública.
Ya en comicios anteriores hubo una fuerza política que no tuvo candidatos en esa región porque los postulantes estuvieron sujetos a amenazas y prefirieron no poner en riesgo sus cuadros.
Hoy, la gravedad es mayor. Ya no solo se trata del sur, sino que este tipo de intereses están en más regiones de la entidad y ya hasta buscan ser candidatos, directamente, no solo presionar a los futuros alcaldes.
Los partidos dicen que es responsabilidad de los gobiernos federal y estatal dar certeza a los comicios y tienen razón. La seguridad no es atribución de los partidos políticos, ni pueden ellos hacer frente a estos grupos delincuenciales. Sin embargo, sí tienen la responsabilidad de señalar abiertamente y con toda precisión dónde tenemos este tipo de problemas.