Metro
Está la gobernadora Delfina Gómez echando a andar algunos proyectos de movilidad masiva en la entidad, que le dan continuidad a lo que se ha venido haciendo desde hace dos sexenios.
El Estado de México es enorme y una de las cosas que hace falta por todo el territorio es mejorar la forma de trasladarnos, en distancias enormes y nudos de transporte.
Esperemos ver por fin este sexenio Sistema de Transporte Metro en nuestra entidad, cosa que hace tiempo debimos tener. Otras ciudades más pequeñas que mueven volúmenes menores de gente lo tienen, pero por alguna razón aquí no se había considerado. Veremos si esta vez nos cumplen.
Inseguridad, simplemente
Se acercan las vacaciones de Semana Santa después pero lo que debería ser época de celebración y recuperación, para algunos es motivo de preocupación y angustia.
Hablamos esta vez de los ejidatarios de San Jerónimo Acazulco, que comercializan desde hace años sus productos en La Marquesa, Ocoyoacac.
Están a unos kilómetros de la capital mexiquense, a la mitad de camino entre Toluca y la Ciudad de México, por lo que desde hace años son un centro turístico muy concurrido, en especial en fin de semana, cuando reciben hasta a 10 mil personas por día.
Pues resulta que desde hace algunos años estos ejidatarios son presa de la delincuencia organizada, que les exigen el pago de hasta 30 mil pesos mensuales para respetar sus negocios y no atacar a sus hijos o familiares. Ahora, con la pandemia, todo ha empeorado.
No obstante, de los intentos de organización entre los ejidatarios para cuidarse y la asesoría legal con que cuentan, están desprotegidos. Los tres niveles de gobierno los han abandonado, hay poca vigilancia por parte del ayuntamiento, la policía estatal no responde hasta dos horas después de una emergencia y el federal de plano brilla por su ausencia.
Además, estas mismas bandas dan cristalazos en el estacionamiento y asaltan en grupos de tres en el cerro a los ejidatarios que rentan caballos y motocicletas, obviamente junto a los usuarios, pues están igual de vulnerables. Y de la policía, ni sus luces.
Los locatarios están desesperados, las visitas han bajado 20 por ciento con la pandemia, además, la inflación tiene ahorcados a los negocios y, por si fuera poco, hay que pagar derecho de piso y trabajar con temor de la delincuencia organizada y la no organizada. Por cierto, las autoridades federales, estatales y municipales, ni sus luces.
Por si fuera poco, los hechos de hace unas semanas que los expusieron como vándalos violentos en las redes sociales, por una gresca con un grupo de consumidores ha dejado a los comuneros en condiciones muy precarias, sin clientela.
Esa sigue siendo un área geis en la que pareciera que cada quien hace lo que quiere y la población está vulnerable y al garete.
Martha González Aguilera