Control del desarrollo urbano
En el Valle de México, el caos en servicios y otras cosas es enorme y se debe, en gran medida, a que el crecimiento urbano no tuvo ninguna planeación ni lógica.
Cada municipio hizo sus propios planes sin considerar a los vecinos, ni las propias condiciones y limitaciones de recursos.
Así, hay muchos municipios que crecieron de manera monstruosa, no sólo por la dimensión, sino también porque tienen grandes manchas urbanas con malos servicios.
De la misma manera ha crecido el Valle de Toluca, en el que hay también muchas regiones en las que no hay agua, o vialidades adecuadas y suficientes para la cantidad de desarrollos habitacionales que se han autorizado.
Nos encontramos con que, entre otros problemas, el estado de México está en primer lugar en casas abandonadas.
Eso se debe a los malos servicios y la mala calidad de las construcciones.
En el Valle de Toluca, todavía hay tiempo para frenar el crecimiento desordenado y dar cauce al desarrollo urbano regional.
Es posible hacer una planeación adecuada, donde se prevean vialidades, escuelas, transporte público, agua y todos los servicios necesarios.
Economía preocupante
Las condiciones económicas en el país y, por supuesto, en el Estado de México, no están nada bien, aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que “vamos bien”.
El sector empresarial dice que privan la preocupación y el desconcierto, por lo que están todos los sectores contraídos, sin invertir lo que podrían y con recortes de personal.
Mientras, en el sector gubernamental siguen sin fluir los recursos en forma normal y los despidos, en todos los niveles, no se detienen.
Ya vimos en días pasados a un grupo de empleados municipales despedidos reclamar directamente al presidente, a quien no le hizo gracia alguna el asunto.
Lo cierto es que los indicadores no sin aún graves, pero van hacia allá, es decir, hay una tendencia negativa. La preocupación de los empresarios las comparten los ciudadanos y los precios de la mayoría de los productos aumentan sin explicación.
El ciudadano común empieza a sentir que algo pasa y no es bueno.
Ya López Obrador y su gabinete necesitan empezar a dar soluciones para estabilizar el barco, porque aunque no ha pasado ni un año de gobierno, los estragos son de llamar la atención.
Es decir, todo inicio de gobierno tiene cierta inestabilidad que es de esperarse por la transición y los ajustes.
Era obvio que este cambio sería mucho más drástico, pero no tenía porque ser negativo, en especial para la economía.
Martha González Aguilera