Caos
Ayer sonó fuerte el nombre de Higinio Martínez en Toluca, pero no como hubiera querido el senador.
La ciudad fue un caos por una serie de manifestaciones, entre transportistas que amagaron al secretario de Movilidad, Daniel Sibaja, los del Instituto Tecnológico de Toluca (nadie entiende por qué el rector sigue ahí, haciendo su voluntad) y para coronar, morenistas de Huixquilucan que vinieron a reclamar que Higinio Martínez saque las manos del proceso de selección de candidatos.
Vaya usted a saber qué ocurre en los entretelones de esas elecciones internas, pero lo que sí es claro es que las encuestas no definen nada.
Ese es un claro engaño para disfrazar de democracia las decisiones de ese partido.
Lo que sí es claro y transparente es el rompimiento y la guerra interna que los tiene en jaque.
Higinio se queja fuerte y quedito de que lo han dejado fuera de las decisiones y vienen “los de Huixquilican” a exigirle que deje el proceso seguir su curso.
Por lo pronto, cierta o ficticia, esa manifestación demuestra que aún Higinio Martínez hace ruido.
Por cierto, el que estaba en la “manifestación” era Pablo Peralta, quien fuera secretario de Desarrollo Económico de Alfredo del Mazo. Dicen que se la tiene jurada al panista Enrique Vargas, está dispuesto a gastar (y bien) para ganar. Veremos.
Magisterio feliz
La gobernadora Delfina Gomez Álvarez, al recibir el pliego petitorio del Sindicato de Maestros el Servicio del Estado de Mèxico, personalmente fortalece la relación con el gremio magisterial mexiquense pues tradicionalmente era recibido por los titulares de la secretarías de finanzas y educación.
Hoy todo indica que los maestros ven en la gobernadora una aliada de sus causas, al tener la mandataria una formación pedagógica.
Lo cierto es que la gobernadora ha estado muy cerca del sector, tal vez más que nunca en la historia. Ya veremos cómo se traduce esa cercanía en los números, dicen que amor con amor se paga.
Efectos
Parece que todos hemos olvidado la gravedad de la pandemia y la damos por terminada, pero no es así. Por ejemplo, de los empleos que se han recuperado, 66 por ciento lo han hecho en la informalidad.
Eso significa que hay menos empleos formales por la pandemia y el sector informal crece. El problema es que todo esto son sólo estimaciones, pues no hay un verdadero recuento oficial de casi nada. Cada quien tiene sus números, los asume y presume como ciertos.
Por ejemplo, según DIFEM, hay un registro de 500 menores que quedaron en la orfandad por la pandemia. Esa misma institución asegura que trabaja en un censo para tener una cifra más completa. Es simple, si consideramos que hay más de 31 mil mexiquenses muertos por COVID-19, 500 chicos sin padres por esta pandemia son pocos, debe haber más y es muy importante saber dónde están, quién se hizo cargo de ellos y en qué condiciones.
En realidad, es necesario saber cuántos somos, qué hacemos y dónde estamos después de dos años de pandemia, para tratar de reconstruirnos desde la realidad, no a ojo de buen cubero.
Las autoridades locales tienen mecanismos, en todos los sectores. Sería bueno empezar por ahí.
Martha González Aguilera