Es interesante darse cuenta como muchos pol�ticos no consiguieron evolucionar al ritmo del pa�s y ni siquiera se han dado cuenta de que van en direcci�n opuesta a la realidad, o de plano dejaron de avanzar.
El ejemplo m�s espectacular es L�pez Obrador, pero no es el �nico, aunque s� el m�s esclarecedor.
El presidente supo allegarse de gente que le ayud� en campa�a a comprender cu�l era la direcci�n a la que se dirig�a el mundo de las comunicaciones y c�mo aprovecharlo, lo que le vali�, sumado a una serie de errores catastr�ficos del entonces partido en el poder y otras condiciones, el tan anhelado triunfo en las elecciones presidenciales.
Lo que el presidente no entendi� bien, y al parecer muchos otros pol�ticos tampoco, es que la realidad es muy diferente hoy a la de hace 30 o 60 a�os y que la pol�tica debe adaptarse a ella y no al rev�s.
L�pez Obrador, y muchos como �l, est�n enfrascados en una guerra pol�tica al estilo de anta�o y se equivocan, mucho hemos cambiado.
Cuando uno ve a algunos pol�ticos mexiquenses, del PRI, de Morena y de otros partidos querer tratar al electorado como en los tiempos de Luis Echeverr�a lo primero es agradecer que sigan por ese camino, as� nos aseguramos que no llegar�n a nada.
Y es que circulan por ah� resultados de �encuestas� surgidas de cualquier lugar obscuro que sirven exactamente para nada,� porque est�n mal hechas.
Si a alguien impresionan con el resultado de un �estudio de opini�n� surgido de alg�n asesor ocurrente o de una �encuestadora� ef�mera que solo existe unos cuantos d�as, merecido se lo tiene quien les crea.
Lo cierto es que los estudios de opini�n sirven, principalmente, -en estos casos- para que los pol�ticos tengan claridad de cu�l es su realidad, y hacia d�nde debe moverse. Vale la pena presumir de un resultado positivo en ciertos momentos y, sobre todo, si es real.
Dicho lo cual, hoy en d�a, ni las declaraciones triunfalistas -como las de Morena– ni las encuestas que hizo el hijo de un compadre muy querido -como las de algunos aspirantes tricolores- hacen un candidato exitoso y m�s vale que todos los partidos lo comprendan, o se van a llevar una sorpresa may�scula al final.